«La voz de la Callas es adictiva, la escuchas y quieres más»

VIGO

Entrevista | César Wonenburguer CRÍTICO MUSICAL El experto en lírica ofrece hoy en Vigo una charla sobre la diva de la ópera, un mito que revolucionó los escenarios con su sentido del drama y que sigue sumando adeptos a su estilo

28 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

, es el título de la conferencia que César Wonenburguer ofrece hoy a las 20.00 horas en el nuevo Centro Social Caixanova. El experto es el coordinador artístico de Amigos de la Ópera de A Coruña, director técnico del Máster en Estudios Teatrales y Cinematográficos de la Universidad de A Coruña y crítico de música y cine. La charla parte de una propuesta de Caixanova para su ciclo de música y el título de la misma es la constatación de un hecho: la Callas es un mito que tiene nuevos adeptos cada día. -¿Cómo se mide esa vigencia? -Pues, por ejemplo, hace más de 25 años de su desaparición y sin embargo se vuelven a reeditar sus grabaciones y vuelve a haber público nuevo, no sólo los que la oyeron en su momento o la conocieron después. Sólo en 1997, a los 20 años de la muerte de la soprano, se vendieron 750.000 discos suyos. De hecho, la división de música clásica del sello Emi vive prácticamente de la reedición de su catálogo. Los artistas que quieren publicar sus grabaciones allí dependen de las que cada año se venden de ella. -¿Cuál es la aportación de la Callas, de dónde viene el mito? -Bueno, ella pertenecía a una época en la que el glamour tenía otra dimensión. Era heredera de los cantantes de las primeras décadas del siglo. Cuando empieza el cine, se nutre principalmente de artistas del teatro y la ópera. A principios del siglo su celebridad podía equipararse a una estrella del cine de hoy; y todavía en los años 40 o 50 tenían una dimensión mediática muy importante. Por otro lado están las aportaciones específicas que hizo al mundo del canto y luego está esa dimensión humana, marcada sobre todo por su relación con Onassis, con el componente de historia trágica de amor, aunque para mí es lo menos interesante. -¿Hay alguien ahora que tenga ese halo mítico o lleve ese camino? -Creo que ni lo hay ni lo habrá por una cuestión sociológica. Los cantantes de ópera no tienen el peso de antaño. Incluso los que tienen cierta importancia la han cultivado al márgen de los escenarios operísticos, como el fenómeno de los tres tenores. Cada uno por separado han tenido una carrera extraordinaria, pero ahora son más conocidos por esta especie de espectáculos circenses que hacen. Por otra parte hay una falta de personalidades reales dentro del arte que tengan la dimensión que tenía María Callas, de estar más allá, en un pedestal. Es es una de las cantantes más adictivas. Cuando escuchas algo, quieres más. Para mí tiene una cualidad fundamental y es que a pesar de no tener una voz excesivamente bella, es tan personal y comunica tanto que inmediatamente quieres saber lo que dice. -¿Por qué la gente joven sigue enganchándose a ella? -Pienso que en el mundo en el que vivimos, marcado por la incomunicación y la falsedad de las emociones que se crean artificialmente, cuando la gente conoce la emoción verdadera que transmite Callas a través de sus interpretaciones, se siente conmovido y transportado a otros mundos. Callas era un genio en cuanto a su capacidad de comunicar y tenía una habilidad increíble para meterse en la piel de los personajes. Su aportación fundamental al teatro lírico fue transformar a personajes que con otras artistas parecían de cartón piedra. Ella era capaz de extraerles toda su humanidad y devolverles la credibilidad. Además, hablando con cualquier cantante joven, sigue saliendo el nombre de la Callas como referencia, y no sólo para las voces femeninas. -Sobre todo el cine es fundamental. Por ejemplo en Philadelphia , con Tom Hanks y Antonio Banderas, se incluyó en la banda sonora el aria La mamma morta cantada por ella y batió records de ventas. -En el acto de hoy se va a proyectar un fragmento de una ópera... -Sí. Lamentablemente se conservan pocas imágenes. Hay conciertos y entrevistas, pero lo único que existe de ella en una ópera son dos grabaciones del segundo acto de Tosca , una en el Covent Garden de Londres y otra en la Ópera de París. Se trata de verla en acción y recuperar ese fragmento, que además fue uno de sus papeles fundamentales.