Es lógico que la opinión pública centre el foco en excesos alimentarios como los del fast food , la comida rápida (otros la llaman trash food , comida basura) que promocionaron los norteamericanos y la globalización convirtió en intrusa bien recibida por paladares amorfos y gente con prisa hasta para comer... También sabemos lo vigilantes que se muestran las corporaciones con negocio en el sector, ante cualquier ataque o duda que se difunda sobre las inconveniencias nutricionales de sus productos o sobre su proceso de elaboración. Fast Food Nation se mete a fondo con ella, que es algo más que la antítesis de la dieta mediterránea, es toda una cultura, una forma de (mal) entender la vida exportada desde el país del Tío Sam. Pero renuncia al documental estilo Michael Moore, prefiriendo la ficción a partir del libro homónimo de Eric Schlosser, guionista junto al realizador texano Richard Linklater. Aun así, algunos aspectos nos remiten al documental aunque filtrados con un agradecido tono indie que si por una parte restringe la película a públicos minoritarios, por otra cuenta con colaboraciones especiales de Bruce Willis, de Etham Hawke o de Kris Kristofferson, también una respuesta militante hacia aspectos incómodos de su país. Y como es natural, después de ver Fast Food Nation te lo pensarás hasta veinte veces si te sirven una hamburguesa... La película no pretende tanto provocar la duda (lo consigue) sobre el producto, como sacar a relucir la porquería social y económica que lo envuelve. La marca es ficticia por razones obvias, pero en lo subliminal enseguida les ponemos un par de nombres. Mano de obra barata inmigrante, contaminación, fraude, higiene dudosa, en fin, recursos que Linklater utiliza para inquietar al espectador. FAST FODD NATION. EE. UU. 2006. Director: Richard Linklater. Intérpretes: Greg Kinnear, Patricia Arquette, Ethan Hawke. Comedia. Duración: 115 minutos.