Lo que nos ocultan nuestros museos

VIGO

Castrelos tuvo que enviar 251 obras al almacén del Marco para evitar que la humedad las deteriorase

25 may 2009 . Actualizado a las 12:49 h.

El 10 de junio del 2003 se firmaba un convenio de colaboración entre el Museo Quiñones de León y el Marco con el objetivo de que el museo de arte contemporáneo cediese uno de sus almacenes para guardar parte de los fondos del museo municipal. Se ponía fin a la carencía de espacio existente en el pazo de Castrelos, que obligaba a guardar su amplio fondo artístico en las más lamentables condiciones técnicas, como se puede ver en la foto superior.

Y es que los museos, tienen mucho más de lo que permiten ver a sus espectadores. En lo que concierne al museo municipal, esta carencia se solucionará a partir del año próximo, una vez que se active la red museística del Concello de Vigo. La adquisición de un edificio en el centro de la ciudad permitirá que los ciudadanos accedan a los fondos de Castrelos, que no son poca cosa.

La colección pictórica del Museo Municipal Quiñones de León supera el millar de obras, pero una tercera parte se encuentra depositada o cedida en diversos lugares de la ciudad. El convenio antes aludido permitió que 251 obras se encuentren depositadas en uno de los almacenes del Marco, que no posee colección aunque sí espacio suficiente para acorgela. Dicen que las condiciones de conservación son buenas, aunque no permiten acceder a ellas por motivos de seguridad. Otra pequeña parte de los cuadros municipales se encuentran cedidos en diferentes espacios administrativos. En la casa consistorial se pueden encontrar 27 cuadros; en el edificio municipal del Areal, Corina Porro, cuando era alcaldesa, trasladó otros 28 cuadros; la Subdelegación del Gobierno solicitó otras setenta obras; mientras que el Instituto Santa Irene posee otros tres.

Legado de Policarpo Sanz

¿Por qué un instituto? La respuesta tiene el nombre de Policarpo Sanz. Este marinense, con fuertes vinculaciones con Vigo, reunió una importante colección de arte al tiempo que atesoraba una importante fortuna en América. Tras su muerte, cedió esta colección a Vigo. Entre las 106 obras que donó a la ciudad se encuentran ejemplos de Franz Hals y Fragonard. No fue la única obra filantrópica de este adinerado indiano, ya que facilitó la construcción del instituto Santa Irene, nombre que hace referencia a su esposa Irene de Ceballos.

Desde el mes de junio de 1937, momento en el que se inauguró el museo de Castrelos, la obra expuesta tenía presencia de los fondos del Museo del Prado y del Museo Nacional de Arte Moderno. El primer catálogo que se realizó entonces señala que 19 obras pertenecen al principal museo de España, con ejemplos de Luca Giordano o Corregio. Por su parte, el Museo Nacional de Arte Moderno cedía entonces 14 cuadros de artistas del siglo XIX. Estos fondos iniciales se fueron ampliando con una política de compra de cuadros, dirigida hacia los grandes nombres de la pintura gallega de la segunda mitad del siglo XX. De esta forma la colección pasó de los 150 cuadros iniciales al cerca del millar que existe en la actualidad.