El Bicentenario de Vigo inspirará a diseñadores de joyas de toda Europa

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

19 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Lo que hace unas semanas no era más que una aspiración, se ha hecho realidad. La propuesta, presentada por el centro que dirige en la ciudad Carlos Pereira contó con el apoyo masivo de los encargados de asignar este tipo de encuentros, en este caso reunidos en la ciudad belga de Namur. La cumbre convertirá el próximo año a la ciudad en referente de la joyería europea durante la tercera semana de mayo.

El hecho de ser anfitriones da opción a elegir la temática del encuentro y la Escuela del Atlántico ha optado por el Bicentenario de la ciudad, obligado tema de inspiración para los participantes, más de centenar de alumnos y profesores, y 22 instituciones. El apretado programa que, casi con un año de antelación, ya se está preparando, incluirá el concurso anual de diseño que premia a los mejores creadores noveles del continente.

Carlos Pereira recibió el testigo, en este caso en forma de bandera como es la costumbre en tan singular Parlamento, de manos del presidente y el vicepresidente del organismo, el portugués Alberto Teixeira y el francés Jean Pierre Mercader, respectivamente. «Este logro es un reconocimiento al trabajo que realizan nuestras jóvenes promesas», dice Pereira.

Cuatro de esas promesas (ya realidades) acompañaron a Carlos a Bélgica para defender la candidatura viguesa: Laura Pinzón, Anjara Martínez, Rebeca Abadía y Martín Arias. De todos ellos he escrito más de una vez en esta sección, siempre para contar que su presencia en distintos certámenes se ha saldado con un puesto en el podio. Seguro que en este caso, siendo como van a ser los anfitriones, con más motivo.

Rodeada de admiradores y amigos, la pintora morañesa residente en A Coruña inauguró ayer exposición en un escenario bien poco habitual, los dominios vegetales de la Fundación Sales. «Esto es un lujo», afirma entusiasmada. Explica que exhibe dicho entusiasmo desde que Alberto Casal y Elizabeth Taylor le propusieron colgar sus cuadros en semejante espacio.

Se ha traído María Fernanda una veintena de obras. En todas manda ese realismo que la caracteriza y en el que ha terminado por dar un paso más allá dedicándose a pintar hierros oxidados, latas viejas, potas que llevan años fuera de circulación... «Los exteriores ya me dan un poco de miedo», afirma cuando le pregunto si la cuidada anarquía vegetal que rodea la casa de Ani González, en la que disfruta de unos días de relax, no ha despertado su inspiración. «Esto inspira a cualquiera. Un día voy a tener que hacer caso a Alberto y venir con mis bártulos», dice.

María Fernanda es una de esas contadas privilegiadas que ha aprendido del maestro, esto es, de Antonio López. «Cuando estudié Bellas Artes me colaba en sus clases y colgaba las del profesor que me tocaba, que era un relamido», reconoce. Añade que tenía por costumbre pasar lista cada día, «pero nunca me dijo nada. Hacía la vista gorda». Claro que el día que, de verdad, le temblaron las piernas, fue aquel en que subió a pintar un rato a la terraza del edificio y se encontró a Antonio López de frente. Estaba pintando su famoso edificio redondo. Mientras compartieron espacio en aquel quinto bis de la Escuela no acertó a pronunciar palabra. Mucho menos a desenfundar los pinceles. Igual que el resto de sus alumnos, María Fernanda abrazó ya para siempre el realismo que enseñaba el maestro.

Una vez más eligió dicho hotel para presentar en Madrid el concurso de cartelismo Francisco Mantecón. También una vez más el talismán Fernando Ónega ejerció de maestro de ceremonias.

Más de 400 personas asistieron al acto, entre ellas Fernando González Laxe, Manuel Fraga y Ana Palacio. Tampoco faltaron diseñadores como Alberto Corazón, Pep Carrió o Emilio Gil. Este último, presidente de la Asociación Española de Profesionales del Diseño, formará este año parte del jurado, en el que los fijos desde la primera edición son siempre el presidente de la bodega rosaleira, José María Fonseca, y la viuda de Mantecón, Pilar Barreiro.

El primero se ha lamentado en más de una ocasión de que un certamen con la proyección internacional que ha adquirido este, que ha hecho que creativos de países tan dispares como Japón, Estados Unidos o Bélgica hayan aprendido a situar a Vigo en el mapa, no cuente con el respaldo de ninguna institución de la ciudad. Al fin sus palabras parece que han sido escuchadas y esta vez la Autoridad Portuaria que preside Corina Porro arrimará un poco el hombro.

El título, que recibirá la próxima semana en su tierra natal, se lo ha concedido la patronal de la hostelería. Será en el transcurso de un acto en el que otro paisano, Mejuto González, se convertirá también en embajador, en este caso de la asturianía.