Las ruedas de prensa en el Concello para criticar la gestión de Corina Porro al frente de la Autoridad Portuaria se han convertido en un clásico de la vida política municipal en Vigo. Protagonizadas habitualmente por Carlos Font, considerado el alter ego del alcalde, en ocasiones es el propio Caballero quien arremete contra Porro, quien el 29 de mayo del 2011 intentará por tercera vez lograr una mayoría absoluta que le permita recuperar la alcaldía que ocupó en minoría entre 2003 y 2007.
Una tercera versión de los ataques que recibe Porro tiene como artífice al concejal de Urbanismo, normalmente cuando se cuestiona la legalidad de los proyectos que intenta llevar a cabo en el Puerto. Finalmente son los diputados autonómicos vigueses quienes suelen tener también alguna bala en la recámara para la persona que encarna los temores del PSOE para seguir al frente de la alcaldía.
Al margen de que Font atribuya al PSOE el título de primera partido en la ciudad, lo cierto es que Porro logró en 2007 66.500 votos, 22.000 más que el PSOE y una distancia todavia mayor de los nacionalistas. Esto le reportó 13 concejales, al borde de la mayoría absoluta pero insuficientes ante los 14 que suman PSOE y BNG.
En este contexto Caballero y Porro repetirán el año próximo como alcaldables por sus respectivos partidos. Sea quien sea el perdedor, su futuro se presenta completamente negro. Para Caballero sería el final de una dilatada carrera política en la que ha sido diputado, ministro y ahora alcalde. Porro también tendría difícil su continuidad después de haber ejercido como diputada, conselleira y alcaldesa.
Quizás por ello la relación entre ambos ha sido cualquier cosa menos amable desde que empezaron a competir por la alcaldía hace cinco años. Los dos saben que solo existe una silla, por lo que la tensión aumenta según se acerca el 29-M. El traspiés de ayer de Font solo es una prueba más.