Por segundo año consecutivo, el acto del Día de la Constitución tuvo lugar ayer en el panóptico del Museo de Arte Contemporáneo (Marco), ese lugar ideal para controlar todo lo que pasaba en el edificio de la antigua cárcel viguesa. Un Marco incomparable que, sin embargo, no consiguió dar lucidez a una celebración más bien mustia, debido a las notables ausencias. No se dejaron ver el subdelegado del Gobierno en la provincia, Delfín Fernández, la delegada de la Xunta en Vigo, Lucía Molares, la presidenta del Puerto, Corina Porro, la delegada del consorcio de la Zona Franca de Vigo, Teresa Pisano, el presidente de la Diputación provincial, Rafael Louzán, el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, y el jefe de la oposición, José Manuel Figueroa. Tampoco hicieron acto de presencia la mayoría de los representantes del mundo empresarial y financiero, así como sindicatos y, en general, gente del mundo de la Cultura. Los presentes. Entres los presentes estaban el Valedor do Cidadán, Luis Espada, el presidente del Náutico, Franco Cobas, la diputada Carmen Gallego, Carlos Mantilla, el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro, el comisario de Vigo, el jefe de la Guardia Civil y el de la Policía Local. Tampoco faltaron incondicionales como Juan Carlos Padín, de la Federación de Peñas El Olivo, o Eduardo Fernández, de la Federación de Vecinos.
La elaboración y lectura del pregón le correspondió al magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Alfonso Villagómez Cebrián, quien destacó que más que un documento legal, la Constitución representa el afán diario de los ciudadanos por ejercer sus derechos y libertades. Recordó que en 1810 «caudillos, clérigos, militares e paisanos bátense contra as tropas francesas dende os pobos de Ribadavia ata os da provincia de Tui, onde Vigo é a primeira en repeler ao invasor e por iso, máis tarde, declarada cidade leal e valerosa». El magistrado recordó el compromiso constitucional a través de figuras como Tenreiro, o alcalde Cosme Rodríguez, o abade de Valadares ou Bernardo González, «Cachamuíña».
La sombra del paro planeó sobre el discurso del alcalde, quien tuvo un recuerdo para Francisco Fernández del Riego, recientemente fallecido, y para sus palabras sobre la sombría época franquista: «Ser home naqueles días era manterse ergueito, sen dobregar, sen se torcer, defendendo teimudamente a causa de Galicia e da liberdade. El acto, que se prolongó durante una hora, se cerró con el obsequio por parte del Concello de un aperitivo a todos los asistentes.