Ninguno de los tres grupos políticos se opone a la reforma de calles para las que en Vigo se ha acuñado el término humanización. De hecho, el alcalde Lois Castrillo (BNG) las inició con la plaza de la Independencia y el tramo de Urzaiz en O Calvario, y la ex alcaldesa Corina Porro (PP) añadió toda la zona de la Alameda aunque fue el actual alcalde quien le dio una dimensión desconocida con casi cien millones de inversión en este campo y más de 200 calles transformadas. Eso sí, una parte corresponde a ala nacionalista del gobierno de coalición a cuyo cargo se encuentra el Casco Vello.
Hay quien piensa que, entre otros factores, los ciudadanos expresarán el 22-M su opinión sobre este proceso acelerado de reformas y la conveniencia de destinar presupuestos millonarios a este fin en un momento de crisis económica. Todavía ayer Porro las defendía pero pedía mesura y una mayor contención para centrarse en actividades más productivas y con retorno. Caballero, obviamente, defiende su gestión y promete que seguirá en la misma líneas si mantiene la alcaldía.