Pretende iniciar el proyecto de la Ciudad del Deporte en Valladares
17 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La campaña popular
«¿Veis? Viviendas sociales. Esas también se hicieron con el PP, forman parte de las 3.200 que se hicieron en Vigo frente a las de los últimos cuatro años, que son cero». Fueron las primeras palabras de la candidata del PP al pisar tierra en Barreiro, exceptuando el compromiso previo adquirido con los medios de comunicación: «Juro que si soy alcaldesa voy a ser puntual», se excusó tras bajar con miembros de su candidatura de una furgoneta forrada con la foto electoral. Por cierto, hay quien habla de su parecido en esa imagen con la actriz inglesa Emma Thompson.
A lo que venía, exclamó como siempre exultante Corina Porro. Y empezó a hablar de su política deportiva, que no es lo mismo que politizar el deporte, dijo con segundas.
Para la todavía presidenta del Puerto vigués, el deporte puede generar empleo y dignificar el entorno familiar. Por eso, «el futuro será con personas sanas y deportistas», añadió.
Y por eso también quiere iniciar la Ciudad del Deporte en Valadares, proyecto que ya llevaba en su anterior programa y que no pudo llevar adelante al no acceder a la Alcaldía. La idea es tan ambiciosa que sería necesario ejecutarla por partes.
Otra de las apuestas de Corina Porro pasa por recuperar para la ciudad los grandes eventos, como cuando durante su gobierno tuvo lugar la Volvo Ocean Race. A la hora de refrescar la memoria a la ciudadanía aludió a la construcción de once campos de fútbol de hierba sintética a través de acuerdos con la Diputación; adjudicación de tres piscinas, en Barreiro, Coia-Miñoca y Valladares con coste cero para los vecinos; creación de tres nuevas pistas polideportivas en Hispanidade, Miñoca y Teis, incremento del 70% de las subvenciones a clubes y ampliación del Ifevi para la celebración de concursos hípicos.
Sin cambiar ni un momento la expresión se refirió a las promesas de sus adversarios en elecciones anteriores y se preguntó qué había sido de proyectos como la reforma de Balaídos. Concluido el discurso, se marchó con la satisfacción del deber cumplido.