El PP quiere imponer austeridad a Caballero con el apoyo del BNG

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

La oposición tendrá en su mano decidir si hay concejales no electos

04 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Al alcalde de Vigo se le podría haber terminado la etapa de gobernar con comodidad la mayor ciudad gallega. Aunque la ley de grandes ciudades le concede un gran margen de maniobra, una oposición con mayoría en el pleno podría amargarle la vida. De entrada, el actual portavoz popular, José Manuel Figueroa, que será el número dos del PP en el próximo mandato, envió ayer un recado de enorme calado.

«El pase del Bloque a la oposición supone un cambio radical en el Concello y en su gobernabilidad. A la espera de que se constituya la nueva corporación y empiecen los contactos y las conversaciones, el PP tiene clara una idea: en el momento actual se impone una política de austeridad, que debe afectar igualmente al Concello».

Aunque Figueroa no entró en detalles, alegando que es pronto para hacerlo y que ni siquiera se ha reunido el nuevo grupo municipal del PP, integrado por trece concejales, los acuerdos que se tomen en esta línea forzosamente debe pactarlos con los tres concejales del Bloque. Ambos grupos unidos conforman una clara mayoría ante la que nada pueden los once ediles socialistas.

No electos

Un caso claro en el que la oposición puede intervenir de manera decisiva es en la elección de los concejales no electos. Su nombramiento depende exclusivamente del alcalde, que puede reforzar su gobierno con tres nuevos ediles, previsiblemente con los candidatos que quedaron más próximos a los puestos de salida. Entre otros, con José Manuel Mariño, quien todavía ocupa la concejalía de Urbanismo.

Si bien el alcalde puede nombrar a tres concejales no electos, su retribución es otro cantar. En estos momentos el presupuesto contempla fondos suficientes para el sueldo de dos de ellos todo el 2011. Se trata del socialista Mariño y Eudosio Álvarez por el Bloque. Sin embargo, una modificación de crédito en el presupuesto podría vaciar dicha partida, lo que impediría futuros nombramientos salvo que trabajen sin cobrar.

Con la vista puesta en el 2012 la situación para Caballero es todavía más complicada. El presupuesto tendrá que negociarlo con el Bloque o con el conjunto de la oposición, sin cuyo concurso no saldría adelante. No obstante, si lo aprueba vinculándolo a una moción de confianza siempre queda el recurso de posteriores modificaciones impulsadas por una oposición mayoritaria.

Silencio clamoroso

Mientras entre bambalinas empieza a dirimirse la batalla de la gobernabilidad del Concello vigués, en la escena pública los movimientos son mínimos tras el pase del Bloque a la oposición. A partir de ese momento Corina Porro puso en cuestión que gobierne un partido que solo obtuvo el 34% de los votos mientras el PP, con el 42%, tiene que quedarse en la oposición.

Esta queja popular no ha encontrado respuesta en el lado socialista. Muy al contrario, el alcalde vigués mantiene un calculado silencio desde las elecciones delegando los pronunciamientos en su número dos, Carmela Silva, quien se deshace en elogios hacia los nacionalistas.

Con toda seguridad el PSOE busca una entente con los nacionalistas que les permita gobernar con comodicad, algo difícil de imaginar a la vista del ambiente en la asamblea en la que el BNG optó por la ruptura.