La Coral Casablanca ensaya tres veces por semana en el Mercantil sus nuevos temas de cine. Mucha gente se queda escuchando en la calle.
27 ene 2013 . Actualizado a las 07:10 h.Cada martes, jueves y viernes, desde las 20.30 hasta las 22.30 horas, la calle del Príncipe dispone de banda sonora en directo. Por las ventanas del Círculo Mercantil, sobre todo cuando hace buen tiempo, se esparce por los alrededores el sonido que producen más de un centenar de voces. Los peatones pasan y se paran en seco. ¡Qué bien suena! ¿Qué es eso? Pues eso es la Coral Casablanca perfeccionando su repertorio durante los ensayos.
«Ningún vecino protesta, al contrario, cuando comienza el buen tiempo, desde primavera hasta el otoño, que solemos ensayar con las ventanas abiertas, hay más gente en Príncipe y Velázquez Moreno escuchando. Es increíble. Hay decenas de personas que se quedan dos horas allí. Otros, más decididos, suben a verlo», asegura el director, Óscar Villar.
El pasado martes hacía una noche de perros, coleaba el penúltimo temporal de este lluvioso invierno, pero a pesar de las inclemencias, los integrantes de la agrupación más antigua y laureada de Vigo empezaban a ocupar sus puestos en las gradas del salón regio. Villar, al piano, preparaba las partituras que tenían previsto ensayar. El repertorio de los próximos conciertos estará integrado por canciones de películas, así que tocaba «machacar» Volver, el clásico tango que Estrella Morente interpretaba en el filme de Almodóvar; Candilejas, de Chaplin; Moonriver, de Henry Mancini; y Salvar al soldado Ryan, de John Williams.
La Coral Casablanca es una de las razones por las que un vigués podría sacar pecho. La formación encandila a audiencias de todas las edades que, si son jóvenes, a veces tienen que dejar de lado los prejuicios para admitir que oírles cantar pone los pelos de punta. Actualmente, la coral está integrada por 129 personas y como apunta el director, «hay muy pocas fluctuaciones ya que suelen estar muchísimos años en la coral, lo que le da una estabilidad muy importante». La más joven es Natalia Rial, soprano de 16 años y el mayor, Balbino Riobó, que pasa de los 80, «pero está como un chaval», asegura, y añade que hay cinco que llevan más de 40 años ininterrumpidos, «pero también hay gente de 40 años de edad que empezó hace más de 25 años, con lo cual, a pesar de su juventud, acumulan gran experiencia».
En el grupo se aprecia pasión por la música. Domingo Fernández, que es vecino de Teis, es de los veteranos. «Llevo 46 años y empecé a los 24, cuando aún estábamos en la iglesia de los Capuchinos. Después pasamos a la plaza de Compostela y luego, aquí», recuerda el tenor. Domingo ya está jubilado, como Chari Río, voz de mezzo que acude cada semana desde Redondela, o Nieves Canti, soprano, que es de San Sebastián, vive en Priegue y confiesa que para ella estas horas son «un relax, una necesidad». La voz de Paco Álvarez, maestro de profesión, es de bajo. Entró con la «recomendación» de Ana Pérez, ponferradina que reside en Vigo desde hace 21 años y lleva 20 en la coral, porque recién aterrizada estaba un poco perdida, «tardé un año en encontrar una, y encontré la mejor», afirma.
En el ensayo el director se muestra exigente, aunque las correcciones están salpicadas de humor: «¡No lo deis todo! Bueno, dadlo todo, pero con cabeza», dice cuando opina que están cantando con demasiada energía, o «no os preocupéis por escupir, si os sale saliva, mejor».
Muchos de ellos no saben leer partituras, pero eso no es un obstáculo, porque cualquier dificultad se salva con una gran dedicación y horas de repetición y estudio que continúan en casa. «Son sumamente disciplinados, trabajan muchas horas, con mucho entusiasmo, no se limitan a venir de forma masiva a los ensayos, sino que realizan tareas de colaboración importantes para el funcionamiento de la coral: publicidad de los conciertos, montaje de los materiales, tareas organizativas? », refrenda Óscar Villar, otro veterano, ya que está a punto de cumplir 35 años en la formación tras iniciarse en 1978 en A Marosa, con la que se fusionó en 1988.