«En Vigo no existen conflictos por los orígenes étnicos»

María J. Fuente Vigo / La Voz

VIGO

27 oct 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

«En Vigo no existe conflictividad debido a los orígenes étnicos, son conflictos sociales; por lo menos, ese matiz de discriminación está mucho menos presente», explica Santiago González Avión, responsable durante muchos años de Secretariado Gitano. En su opinión, el diseño urbanístico de Vigo no es tan integrador como el de Santiago, pero es menos conflictivo que el de A Coruña. La expansión de la ciudad hacia zonas como Coia y Navia ha influido, a su juicio, de forma muy positiva para evitar la discriminación. El hecho de que aún existan asentamientos como el situado entre Cabral y Candeán, en el que buena parte de la población es cigana (de la zona de Tras os Montes), se debe más a las dificultades para acceder a una vivienda y a la emancipación de los hijos, que a la llegada de nuevas familias. La adquisición de piso es el único aspecto en el que podría darse cierta discriminación, difícil de demostrar porque la mayoría de las veces los propietarios ponen otro tipo de excusas para no alquilarlos. No obstante, González Avión detecta una tendencia a residir en viviendas normalizadas.

Desde la asociación Pueblo Gitano de Galicia, su presidente Sinaí Jiménez advierte que «no queremos seguir siendo los últimos de la cola». Para evitarlo exige la creación del Consejo Autonómico del Pueblo Gitano.

«La única comunidad que no tiene este consejo es Galicia y al no tener representación estamos perdiendo mucha información; si no se toman medidas, se nos irá de las manos a todos», comenta Sinaí. En su opinión, lo ideal sería invertir en algo que luego genere beneficios, en lugar de utilizar la política de pan para hoy y hambre para mañana. Cree que hay buena voluntad pero no ve que se traduzca en hechos. Apuesta porque las personas más desfavorecidas reciban un apoyo especial en los momentos de crisis como los actuales. Está convencido de que la solución para acabar con los asentamientos no pasa por derribarlos, sino por facilitar que las familias tengan para comer.