El Meco de Vigo se abona al PP

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Con Caballero de alcalde, Zapatero y el bipartito se escaparon de las burlas del carnaval y en los últimos años las acaparan los populares

05 mar 2014 . Actualizado a las 01:19 h.

Los miembros del partido en la oposición local han protestado airada y públicamente este año por lo que consideran una excesiva instrumentalización partidista del Meco, que en el Entroido de Vigo 2014 está encarnado por un muñeco que representa al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, con unas tijeras en la mano en alusión a los recortes, un pie sobre el castillo del emblema de Vigo y una foto de una manifestación contra el desmantelamiento de la sanidad pública.

Pero no existe en realidad un cambio de línea respecto a la trayectoria anterior de la figura del carnaval que suele servir para concentrar las críticas ciudadanas, ya que el Meco vigués lleva tres años abonado al PP. El año pasado fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la figura elegida por la organización, el Concello de Vigo, para poner cara al símbolo festivo. El muñeco del líder nacional del PP accionaba un mecanismo para hacer explotar la sanidad pública representada por el edificio del Hospital Xeral. En el 2012, el político pontevedrés volvía a pasarse unos días a la intemperie bajo el Sireno de la Porta do Sol, pero esta vez representado por una marioneta, también con tijeras, manipulada por la canciller alemana Angela Merkel. Y dos años antes, en el 2010, el Meco, personificado en el rey Salomón que portaba en una maño un cuchillo que llevaba escrita en su hoja la palabra english, y en la otra agarraba por los pies a un bebé con el lema galego escrito sobre una pierna. La escena hacía clara referencia al decreto lingüístico aprobado por la Xunta en el 2009.

Haciendo un repaso por los Mecos de la historia de Abel Caballero como regidor municipal, desde el 2008 no se conoce ni una sola mención ni leve crítica a ninguna acción llevada a cabo por los socialistas vigueses en el bipartito ni por el Gobierno de Zapatero hasta que dejó la presidencia en el 2011.

Los asuntos locales han dejado de ser, paulatinamente, objeto de las chanzas carnavalescas, probablemente porque la organización siempre tiene que llevar el visto bueno del alcalde de turno. En el 2006, siendo alcaldesa Corina Porro, un coche multamóvil empapelado con fotos del Plan Xeral era el elegido para ser el Meco que arde en la hoguera cuando el carnaval toca a su fin, y en el 2008 volvió a ser el PXOM el motivo de las críticas ciudadanas, esta vez, encarnado en un caballo de Troya de madera, que, por cierto, terminó tumbado por una ciclogénesis. En el 2011 fue la banca el gremio sobre el que llovieron las críticas. Una hucha de cerdito de la entonces llamada Caixanova, dos buitres, un cerdo y un tiburón conformaron la fauna de la que fue bautizada como «Cadena trófica financiera».