Cuatro bancos ya se han mostrado dispuestos a suscribir el convenio
01 may 2014 . Actualizado a las 11:41 h.Puede darse prácticamente por hecha la salida de Pórtico del concurso de acreedores. Mucho tendrían que torcerse las cosas para que no fuera así, ya que al menos cuatro de los ocho bancos acreedores se han mostrado dispuestos a dar su visto bueno al convenio presentado por la firma. La única condición que han puesto es que el Igape mantenga una serie de bonificaciones pactadas en su día.
Pórtico acumula una deuda de 50 millones de euros, de los que algo más de 35 corresponden al pool bancario integrado por NCG, BBVA, Sabadell, Bankinter, Santander, Banesto Popular y La Caixa. Los cuatro primeros son los que ya han confirmado su adhesión al convenio. Dado que suman más del 50 % de la deuda, como exige la normativa, parece obvio que Pórtico eludirá la liquidación.
Fuentes conocedoras de las negociaciones confían en poder llegar a acuerdos con el resto de los acreedores antes de la celebración de la junta, convocada para el próximo seis de mayo en el juzgado Mercantil de Pontevedra. En realidad, serán dos las juntas, ya que también está en concurso la filial Silomundi.
De acuerdo con el plan de viabilidad elaborado por Pórtico, se plantea una quita del 50 % de la deuda y un plazo de amortización de diez años.
Nuevos socios
La intención de la empresa es dar entrada a nuevos socios, que insuflarían el capital necesario para garantizar su viabilidad. Fuentes cercanas a la compañía aseguran que hay al menos una decena de personas interesadas en incorporarse a la sociedad. «Si no lo han hecho ya es porque están esperando a que se sustancie el concurso de acreedores», afirman dichas fuentes.
De hecho, al menos seis de esos futuros nuevos socios, ya han realizado aportaciones económicas por importe de un millón de euros, en este caso en concepto de préstamos, que se convertirán en capital en cuanto los acreedores y el juez bendigan la superación del concurso.
Pórtico entró en suspensión de pagos en junio del pasado año, tras no lograr el visto bueno de los bancos para refinanciar su deuda. Con el fin de salvar la matriz, la dirección del grupo sacrificó la filial Dayaday, que adquirió el grupo catalán Tous, interesado en entrar en el segmento del low cost. Aunque el sacrificio más importante lo realizó la plantilla, que se vio mermada en un 60 % por un ERE extintivo. También cerraron casi una veintena de tiendas.