
Salvado del desguace en el 2000, el gobierno de Porro inició su rehabilitación
29 dic 2014 . Actualizado a las 10:02 h.Catorce años después de salvarse in extremis del desguace, la historia del pesquero Bernardo Alfageme sigue sin escribir su última página . El gobierno de Abel Caballero está decidido a instalarlo en la rotonda de la avenida Castelao, pero la Asamblea Aberta de Coia está igual de decidida a impedirlo. Mientras tanto, el buque espera en el astillero Cardama el resultado de un interminable deshoje de la margarita que empezó en el año 2000.
La primera en dar la voz de alarma sobre su futuro fue la Asociación de Marineros de Bouzas, a la que enseguida se sumó la de la Federación de Vecinos Eduardo Chao. Construido en Barreras en 1944, el último sin remaches, es uno de los contados ejemplos de la construcción naval de la primera mitad del siglo XX. La idea era convertirlo en un aula sobre la historia de la pesca en Vigo. El inconveniente siempre fue la financiación.
Pese a todo, el pleno del Concello, con Castrillo en la alcaldía, aprobó por unanimidad el 27 de marzo del 2000 incorporar el Bernardo Alfageme al patrimonio marítimo de la ciudad y su inclusión en el inventario de bienes municipales.
La custodia del barco se encomendó entonces al astillero Cardama. Sin dinero para musealizarlo, terminó cayendo en el olvido, de donde lo rescató el siguiente equipo de gobierno a propuesta de Julio Alonso, concejal de Progresistas Vigueses, que argumentó que su custodia suponía una «sangría» para las arcas municipales. «Corina Porro me encargó elaborar un informe sobre la situación en la que se encontraba el Bernardo Alfageme», explica Alonso.
El edil propuso rehabilitarlo en varias fases. La primera y más urgente era reparar el casco, sobre todo en la zona de la bodega. «Había que cambiar parte de la aleta de estribor y un trozo de cubierta a la altura de la maquinilla», recuerda. Añade que con los votos a favor de PP, BNG y Progresistas Vigueses -«el PSOE votó en contra»- se aprobó una primera partida presupuestaria de 257.000 euros. El objetivo era dejarlo en condiciones de navegación idóneas, «como así fue», asegura Julio Alonso.
El exedil afirma que el acuerdo contemplaba que la Escuela Obradoiro que el Concello tenía en O Vao sería la encargada de realizar el acondicionamiento interior del buque: camarotes, forros de bodega, habitáculo del puente... La tercera y última fase sería la puesta a punto del motor, un Deutz fabricado íntegramente en Barreras. «Incluso llegué a ponerme en contacto con trabajadores jubilados de la fábrica de motores del astillero, que no solo se mostraron dispuestos a volver a ponerlo en marcha, sino que estaban felices de colaborar en la recuperación de una parte importante del patrimonio marítimo», dice Alonso.
Tras acometer la primera fase, recién reparado y pintado, el buque se amarró en el muelle de Bouzas a la espera de empezar con la rehabilitación interior.
Pero esta nunca llegaría a producirse. El motivo, según Julio Alonso, es que en las elecciones del 2007 el PP perdió el gobierno. «Han sido siete años de calma total, en los que nadie se acordó del Bernardo Alfageme y, de repente, explota la ciclogénesis», ironiza el exedil, que no oculta su enfado con Abel Caballero al que acusa de mentir cuando afirma que sus predecesores en el cargo dejaron hundir el barco -«nunca, nunca se hundió»-, y que si flota es precisamente gracias a sus predecesores. «Ha sido el equipo de Caballero el que lo ha tenido siete años olvidado sin saber qué hacer con él hasta que tuvo la grandiosa idea de instalarlo en Coia. Los vecinos de la zona serán los que paguen esta ciclogénesis», concluye.