El multamóvil desaparece de las calles

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

El Concello lo retira sin dar explicaciones tras diez años vigilando la doble fila

26 ene 2015 . Actualizado a las 13:06 h.

Tras de una década en servicio desde empezó a actuar en enero del 2005, el temido multamóvil ha desaparecido de la calles de Vigo, sin que el Concello haya informado de su retirada ni se conozcan los motivos. Lo único confirmado es que el coche de la Policía Local dedicado a controlar la doble fila y que en sus excursiones imponía cientos de multas (tenía capacidad para 800 al día) ya no sale a la calle. Según han certificado fuentes municipales a La Voz, hace dos semanas se ordenó que no volviera a salir y nada más ha vuelto a saberse. En los departamentos involucrados la medida ha sorprendido y se atribuye a problemas legales sobrevenidos que no se han hecho públicos. El multamóvil salió por primera vez a la calle hace una década, con un gobierno municipal del PP, y desde entonces ha funcionado aunque con altibajos. Si bien en un principio el PSOE, en la oposición, pidió su retirada, una vez al frente del Concello no solo lo mantuvo sino que reforzó el servicio durante varios años con un segundo multamóvil. Esta situación se mantuvo hasta enero del año pasado, cuando se retiró el primero de los coches hasta que ahora de manera sorpresiva no sale a la calle el que quedaba. La idea de implantar este sistema de control del tráfico y, de manera especial, de la doble fila, fue del gobierno de Corina Porro. Su puesta en marcha fue un auténtico shock para los conductores, que hasta ese momento aparcaban en doble fila sin mayores problemas siempre que controlaran la posible llegada de la Policía Local. Multas por millares Con el multamóvil todo cambió ya que pasaba, hacía la fotografía y multaba sin posibilidad alguna de enmienda. La difusión de las miles de sanciones que imponía aumentó el temor de los conductores y generó numerosas polémicas. Así, en el 2005, el primer ejercicio en funcionamiento, multó a 37.000 coches mal aparcados (más de cien cada día), aunque con el paso del tiempo fue atenuándose su impacto. En el 2012, pese a existir dos vehículos en servicio, la cifra se había reducido a la mitad. Entre 2005 y 2007 el tráfico estuvo controlado por un solo multamóvil, pero el gobierno del PP convocó el concurso de la gestión de la zona azul (XER en terminología oficial, Xestión do Aparcamento Regulado) incluyendo en el pliego de condiciones la exigencia de un vehículo de estas características para controlar el servicio. El contrato fue adjudicado por el PP días antes de las elecciones municipales de ese año a la empresa Dornier, aunque la concesionaria se hizo cargo del servicio, en sustitución de FCC, unos meses después cuando ya era alcalde Caballero. El nuevo equipo tomó la decisión de que este vehículo se destinara a vigilar el tráfico en general y no la zona azul, con lo que la ciudad tuvo a partir de entonces dos multamóviles. Así estuvieron las cosas durante varios años, pero finalmente el Concello consideró que con uno vehículo era suficiente para controlar la disciplina en el tráfico. Ante las continuas averías, a finales del 2013 fue aparcado el primero de los coches y en enero siguiente la Concejalía de Tráfico decidió darle la baja definitiva. Se explicó entonces que la circulación en Vigo era fluida con carácter general y que con un solo vehículo era suficiente para el control de la doble fila. Obviamente, con un vehículo en activo las multas fueron reduciéndose, todo ello en el marco de una menor actividad de este sistema de vigilancia. Fiasco de la ITV A lo largo de esta década el multamóvil ha sido protagonista de la actualidad por diferentes motivos. Especialmente sonada fue su retirada de las calles durante unos días al no pasar la ITV ya que en su ficha técnica no figuraban las dos cámaras que llevaba sobre el techo y tampoco se autorizó el tintado de sus cristales. También los dos meses que no salió a trabajar tras la denuncia de una asociación que consideraba ilegal el sistema que utilizaba para sancionar. Finalmente, los técnicos municipales lograron una solución jurídica y volvió a actuar. Esta vez no se sabe si su retirada, en vísperas electorales, será más larga o bien el Concello resuelve los desconocidos problemas que han provocado su baja.