
El equipo vigués perdió a toda su plantilla y se renueva con jugadoras jóvenes
27 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El Olivo quiere comenzar esta temporada una nueva etapa. La metamorfosis de la plantilla ha sido tan profunda que solamente una jugadora ha renovado para el presente curso. A pesar de la fugacidad con la que salieron las futbolistas, el nuevo entrenador, Toni Pazó, procedente del Sárdoma, se ha apresurado a conformar una nueva plantilla. En pocos días, el Olivo ya entrena con el equipo prácticamente cerrado y con el punto de mira en la primera jornada de liga, que empezará en septiembre.
El verano está siendo convulso en las oficinas de Pahiño. La mayoría de jugadoras dejaron el club, motivadas por la dimisión de David Ferreiro como entrenador y los problemas de impagos que, según el presidente de la entidad, Camilo Pais, rondan los 6.000 euros. Sin embargo, el actual entrenador del equipo, Toni Pazó, señala que la decisión de relevar absolutamente a toda la plantilla ya se había tomado antes de que comenzasen las salidas: «La idea del club cuando me ofrecieron cogerlo era hacer una limpieza total, no contar con casi ninguna jugadora. Intentamos renovar a alguna joven, pero solo firmó Carla. Ceci y Sara no aceptaron la oferta y con el resto ya ni lo intentamos porque no encajaban dentro de la nueva filosofía del club». Sin embargo, las jugadoras indican que su marcha se debió a los problemas económicos de la entidad.
En apenas una semana, Toni Pazó y su cuerpo técnico contactaron con jugadoras que cumpliesen el perfil demandado, logrando una plantilla basada en la juventud. Hasta el momento han firmado doce jugadoras que se suman a Carla González, la única futbolista que continúa en el equipo. Las últimas en llegar son: Ángela Novoas y Raquel Porto del Valladares, Marta Regades del Lavadores y Yaiza Yuste del Erizana que afianzan un proyecto iniciado con la contratación de Ainhoa Guijarro, Inés Faro, Irina Martínez, Mónica González, Cyntia Castelo, María Perfecto, Mónica Rodríguez y Tamara Custodio.
A este grupo desbordante de juventud, ya que ninguna pasa de los veinticinco años, se suman ocho jugadoras más que ya entrenan con El Olivo, a la espera de hacer oficial su incorporación. Toni Pazó también fue una pieza clave para empezar este proyecto y las condiciones en su contratación siempre fueron estas: «La idea era hacer un equipo desde abajo y joven. Este año lucharemos por la permanencia y el año que viene intentaremos dar algún pasito hacia adelante con un equipo homogéneo sobre todo en la edad».
En las últimas temporadas, el equipo vigués se había convertido en el referente del fútbol femenino gallego. A sus espaldas tres campeonatos de Segunda División, uno de ellos logrando el ascenso a la primera categoría nacional. El cambio de rol del Olivo es evidente y Toni Pazó no tiene ningún reparo en asumirlo: «Sabemos lo que nos toca, apretar los dientes, hacer un equipo lo más compacto posible y pelear por no descender. No creo que nadie se asuste si estamos de la décima posición para abajo y evitando el descenso en la última jornada».
Con el fin de comenzar la competición con garantías, El Olivo ya ha confirmado algún amistoso. El primero de ellos será con el Friol el 7 de agosto. Posteriormente, se enfrentarán al Atios infantil, al Portonovo y al Ourense.
El Olivo tendrá que afrontar con madurez la falta de experiencia en la categoría de sus jugadoras. En una temporada que se presenta complicada, la rapidez de adaptación será clave para comenzar con buen pie la liga frente al Arousana. Si consiguen adecuarse a este gran cambio, el futuro se dibuja muy prometedor.