El cerebro de la Patos niega en el juicio que amañase contratos con el Puerto

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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E. V. Pita

Pais: «Nunca me negué a tomar un café con el alcalde, doy de comer a 77 familias»

04 oct 2019 . Actualizado a las 09:32 h.

La primera pieza separada de la operación Patos en Vigo llegó ayer a juicio tras siete años de investigaciones. Tres empresarios y un técnico portuaria afrontan dos años de cárcel y cinco de inhabilitación para su oficio por montar una trama en el 2013 para amañar concursos de obra pública. La Fiscalía les acusa de «arreglar» la licitación para ampliar la caseta del puesto de control de Aduanas donde está el escáner de contenedores del Puerto, obra que costó 9.296 euros. Como, a mayores, colocaron un portón de 2.000 euros y no lo cobraron, el Puerto les propuso hacer un presupuesto inflado para meter ahí esa partida, lo que alteró el precio de la subasta, lo que niegan.

El supuesto cerebro de la red de tráfico de influencias investigada en la operación Patos, el dueño de la empresa Eiriña, Enrique Alonso Pais, se sentó en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo para responder como supuesto autor de un delito de alteración de los precios en los concursos públicos así como una falsedad documental.

El fiscal acusa a País de pactar amaños con un técnico del Puerto para que se adjudicase obra pública a Eiriña. Para dar fachada de legalidad, invitaban a empresarios amigos para que hiciesen ofertas más altas. El constructor y su mano derecha Jaime Manuel Alvariñas, también acusado, negaron ayer los amaños.

Junto a ellos fueron encausados el jefe de división de proyectos de la Autoridad Portuaria de Vigo, José Enrique Escolar Piedras, y el empresario Alberto Torres, el cual haría de comparsa en el acompañamiento y concurría a las subastas con ofertas caras para que ganase el enchufado.

En el juicio se pusieron las escuchas telefónicas a los directivos de Eiriña y el técnico del puerto donde este les invitaba a participar en un obra menor y les pedía que buscasen dos presupuestos más: «Vamos a seguir con la obrita esta. Dos cousiñas más, la primera que necesito un par de presupuestos más, ¿a quién conoces por tu zona?». Mencionó más obras como echar grava blanca, hacer la rampa del Náutico o una rotonda en Bouzas. Alvariñas replicó que dichas obras «fueron un canto de sirena, y de lo que se dice, nada».

En las escuchas, el contacto portuario les animaba a incluir 2.000 euros que el Puerto no pagó a Eiriña por un portalón extra en la caseta del escáner y que ya era tarde para añadir en el expediente. Poco después, una obra ofertada en 26.000 euros pasó a valer casi 29.000 pero insisten en que el presupuesto inicial era de 30.000. Alvariñas recalcó que 2.000 euros no eran mucho pues ellos acuden a 250 licitaciones al año y ganan el 5 % pero, «por cabezonería», el jefe reclamó «porque daba la sensación de que el Puerto de Vigo te encarga obras y luego no te paga. La cantidad era nimia pero es un cliente y por 2.000 euros no quiero perderlo». Escolar replicó que no pagaron porque Eiriña no envió la factura.

El fiscal preguntó a Pais si es normal que un técnico de la Administración llame a un constructor para que presente presupuestos y el constructor recalcó que a Escolar «lo acabo de conocer». Explicó a la jueza que las conversaciones grabadas con el cargo portuario son «charlas entre técnicos que he tenido hace seis años pero yo no me encargaba del día a día». Restó importancia a las escuchas policiales: «Si le pinchasen el teléfono a todo el mundo, si usted hiciese caso a todo lo que hablo...». Pero el fiscal le respondió que, si fuese así, muchas cosas saldrían a luz.

El constructor añadió que «estoy tranquilo, no he cometido nada malo. Esas conversaciones son como si me llama mi madre octogenaria para preguntar si avisé al carpintero y le miento para tranquilizarla, esto es lo mismo, las cosas no son como la gente se quiere imaginar». Resaltó que «lo que no es normal es que te paguen una obra sin hacerla». E insistió: «Mi trabajo es buscar obras y dar de comer a 77 familias, es muy triste y a veces se pasa mal. No me negué a tomar cafés con el alcalde y el presidente de la Autoridad Portuaria porque mi trabajo es ser relaciones sociales, llorar y buscar obras. Yo estoy entero y de pie, he pagado a todo el mundo, tengo la conciencia tranquila, no dejé tirados a mis trabajadores», añadió Pais.

Alvariñas explicó que les pedía presupuestos a sus competidores porque «soy pillo» y quería saber «por dónde iban a ir» en la subasta. El colaborador acusado, Torres, confirmó que Eiriña le pidió un presupuesto y luego el Puerto le invitó a concursar. En la vista testificó la directora del puerto, Beatriz Colunga, que elogió a Escolar por su trabajo.

El constructor: «Estoy tranquilo, no hice nada malo ni dejé tirados a mis trabajadores»