La hostelería, indignada, hará mañana una caravana de protesta

l.c. llera VIGO /LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Lamentan que no les den medidas de apoyo y les suban el IBI en un momento de fuerte caída de los ingresos

05 nov 2020 . Actualizado a las 18:55 h.

Los hosteleros de Vigo se muestran indignados con el cierre decretado por la Xunta. El presidente de la Federación Provincial de Hosteleros, César González Ballesteros señala que «vergüenza y perplejidad es lo que sentimos». «El enfado es generalizado», asegura el presidente de una federación que engloba a tres mil negocios en la provincia.

González Ballesteros señala que no se han dado medidas de apoyo para un sector que ya estaba muy tocado. «Muchos hosteleros se están pensando en no abrir después del cierre que se ha decretado para noviembre». González Ballesteros dice que le gustaría oír al presidente de la Xunta decir que los autónomos están exonerados del pago de cuotas de Seguridad Social por esta clausura. No he escuchado una sola medida de apoyo y tampoco sobre los alquileres sobre el pago del IBI que tenemos que afrontar ahora». A este respecto recuerda que un hotel tiene que pagar un IBI que puede suponer 30.000 ó 40.000 euros y un restaurante puede tener que abonar 2.000 o 3.000 euros por el pago del impuesto de bienes inmuebles que en Vigo «ha subido un 4 % este año». Y estos pagos se tiene que afrontar en un momento en que los ingresos de los negocios de hostelería han bajado entre un 50 y un 75 %, según el presidente de los hosteleros.

La Federación de Provincial de Hostelería está preparando una caravana de protesta por la situación. Después de las movilizaciones de los últimos días ante el Concello y en las vías públicas, los hosteleros han optado por esta vía para garantizar que se cumplan las distancias de seguridad y que no hay intervenciones de las fuerzas de seguridad que en las protestas callejeras han estado identificando a varios participantes arguyendo que o cumplían las distancias. La caravana partirá del aparcamiento del Verbum en Samil a las 11 horas y recorrerá toda la ciudad pasando por delante del Concello y de la Xunta para finalizar en el aparcamiento del monte do Castro. Los convocantes ya han solicitado permisos a la Delegación del Gobierno para llevar a cabo la iniciativa.

El malestar se extiende entre los profesionales que se consideran especialmente damnificados. Itos Domínguez, presidenta de la Asociación de Hosteleros del Casco Vello, señala que espera que se den ayudas a los locales. «Estábamos ya en cuidados paliativos y ahora estamos en la uci a punto de morir», señala la presidenta de un gremio, que aglutina a 90 establecimientos del barrio histórico de la ciudad.

Itos Domínguez advierte que con el cierre de la hostelería «la gente se va a meter en sus casas y va a ser peor. A mí ya me han invitado a dos cenas».

Juan Torres, del restaurante Lobishome, de la zona de Mantelas, señala que la medida que se ha tomado es «extraña» porque «puede venir en tren desde A Coruña con el vagón abarrotado de gente y no puede venir a un restaurante donde se cumplen escrupulosamente las medidas de seguridad e higiene y las distancias».

De la misma opinión es Sandra Goberna, copropietaria del Ben Feito, junto al mercado de Teis, que incide que ya de por sí los locales cumplen con escrúpulo las medidas de higiene y recuerda que los dueños de bares y restaurantes «no somos Amancio Ortega y tenemos hijos, hipotecas y también los tienen los camareros y los niños quieren tener unas Navidades con Reyes». Reconoce que las últimas restricciones han sido muy duras y «así no se puede estar», pero espera que por lo menos ayuden a los autónomos y que no vuelvan a cerrar en febrero.