Los devotos de San Blas se quedan este año sin procesión ni furanchos

María Jesús Fuente Decimavilla
m. j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Tampoco será posible repetir la tradición de bendecir los pañuelos

29 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La festividad de San Blas se presume este año un tanto atípica no solo en lo que se refiere a la parte religiosa sino también a la lúdica. La pandemia obliga a prescindir de la procesión, como ya se ha hecho en otras celebraciones religiosas. Con el fin de evitar contagios tampoco se bendecirán los pañuelos y bufandas que suelen llevar los fieles para procurar el alivio de las dolencias de garganta.

Para resarcir de estas restricciones se oficiarán misas durante toda la mañana del 3 de febrero a partir de las 9.00 hasta la solemne, que tendrá lugar a las 12.30 horas. Seguirán por la tarde entre las 5.00 y 7.30. En todos los casos habrá que guardar la distancia de seguridad y si se completa el aforo, de entre 25 y 35 personas entre planta baja y tribuna, no quedará más remedio que seguir la ceremonia desde la calle. Además, todos los domingos de febrero se oficiará una misa por los devotos. El año pasado la fiesta de Bembrive por excelencia aún pudo transcurrir con total normalidad sin presagiar lo que un mes después se avecinaba.

«En los cuarenta y tantos años que llevo es la primera vez que se tiene que suspender la procesión; pese a ser en pleno invierno, nunca se canceló por la lluvia», comenta don Jesús Barros, párroco de esa entidad. Aún recuerda cuando un hostelero le comentó el año pasado la cantidad de cocidos que había preparado, ochenta en total.

Y es que la celebración de San Blas tiene en Bembrive una fuerte connotación gastronómica, la de los furanchos. Tampoco este año abrirán sus puertas, un varapalo del que creen no se van a reponer al tratarse del día más fuerte para los locales de la zona. A estas fechas algunos aún no se han desprendido de parte de la cosecha del año pasado año.