El vermú de ADN vigués que toma Campo Vidal

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El enólogo Pablo Fernández Rey, hijo del exalcalde de Tomiño y hermano de la periodista María Rey, dedica a su padre, fallecido este año, su nuevo lanzamiento de macerados bautizado como Don José Luis

15 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar del ambiente en el que creció, Pablo Fernández Rey (Vigo, 1977) nunca se sintió tentado por la vida política. El hijo del exalcalde de Tomiño, José Luis Fernández Lorenzo, que falleció este año a los 92 y llevó el bastón de mando durante 24 (y otros doce más en el municipio de Viana do Bolo), sí quiso seguir los pasos de su hermana, la periodista María Rey, o de su cuñado, Manuel Campo Vidal. «A ellos les fue muy bien y él me animaba a seguir sus pasos, pero mi hermana, no. Ella me alentaba a estudiar Biología aprovechando que me flipa la ciencia, pero también es una carrera con escasas salidas y al final se me cruzó en el camino la enología y descubrí que me encantaba porque es creativo».

Y hasta hoy. Pablo se formó primero durante tres años en Ponteareas para saltar desde FP a la especialidad agroalimentaria en el campus de la Universidad de Vigo. «Después hice un máster, al acabar empecé a trabajar en una bodega en O Rosal, y desde entonces, de una a otra hasta que al cabo de los años creé mi marca propia», cuenta. El enólogo compagina esta faceta en la que da rienda suelta a elaboraciones propias con su trabajo como director técnico de calidad hace para otras bodegas por toda España, desde Haro a Valladolid.

De cosecha propia estrenó en el 2011 un albariño afrutado y joven al que puso el nombre de su hija: Sabela Fernández. Dos años más tarde añadió otro de la misma uva, «pero más estructurado y técnico» al que llamó Expresión de Sabela Fernández, y en el 2017 lanzó la línea de licores Petita (licor café, crema de orujo, aguardiente de hierbas blanca y tostada), que también recuerda a su retoño, ya que era así como la niña llamaba a los chupetes. Este año, Pablo ha estrenado su primer vermú, y de nuevo lleva un homenaje familiar en la etiqueta. En este caso, a su progenitor, al que honra con la marca Don José Luis. «Es un vermú con ADN vigués y alma viguesa, aunque lo hacemos en Ferrol porque no hay destilería aquí para poder hacerlo», explica.

La etiqueta luce por un lado el extracto de una entrevista que le hicieron al exalcalde hace décadas en La Voz de Galicia, y por el otro lado, la reproducción de un retrato firmado por el pintor Quesada que tenía colgado en su despacho en el Concello tomiñés el político que como recuerda su hijo, era veterinario formado en León y en Magisterio en Madrid. «El proyecto del vermú dedicado a él es anterior a su fallecimiento», asegura el enólogo, que llevaba más de un año trabajando en él y tenía claro mucho antes de su muerte que sería un brindis muy íntimo. «La gente me pregunta por qué no usé una variedad gallega si el vino es gallego, y la respuesta es que quiero buscar un equilibrio», indica el profesional añadiendo que su vermú lleva no lleva azúcares añadidos, sino el que aporta la propia mezclar de la uva de moscatel blanco y tras el coupage, la maceración con especies, raíces y botánicos, y catas cada 15 días para decidir cuándo parar el proceso.

Fernández Rey advierte que es «un vermú diferente». Su intención es que ocupe otros espacios o tramos horarios en su consumo. «Aquí siempre está asociado al aperitivo y a un pelotazo que o comes algo o te tumba, pero igual que en Francia comen con champagne y en Venezuela con whisky, ¿por qué no con un vermú que sea más fácil de beber?», propone, reconociendo que quizá «a los vermuteros les falte ese amargor», sopesa.

Las empanadillas de Puri, del Cenabar

Además de la enología, la hostelería forma parte también de su rutina, ya que desde el 2016 lleva la gerencia del restaurante Las Barricas, el antiguo Cenabar, en la playa de O Vao. Su experiencia previa no fue muy exitosa. Mientras trabajaba como enólogo para la Xunta, se hizo con un restaurante en el centro comercial Gran Vía que no cuajó. Pero en ese espacio conoció a su mujer, Patricia, que fue encargada de la bocatería Papos. Ella es la jefa de cocina de Las Barricas, que ha rescatado del olvido las empanadillas de Puri. «Mi mujer le pidió la receta a la antigua dueña. No se la dio pero le dijo: «Las haces conmigo y vino aquí y le enseñó con ella a su lado».

Un poco de historia.

Producción. La producción del vermú Don José Luis es inicialmente corta. Se estrenó con 5.000 litros (entre 8.000 y 9.000 botellas) para testar el mercado. De momento se encuentra en manos de la distribuidora Gourmet Vigo, que sirve a hostelería y tiendas gourmet. También se puede encontrar en su bar restaurante Las Barricas, tanto el vermú como los vinos y licores que elabora Pablo Fernández Rey, que advierte que en ese caso se venden un poco más caros para no hacerle competencia a la distribuidora. En breve espera que también se pueden encontrar sus productos en Internet, en la tienda «online» que está en preparación.