Le detectaron una lumbalgia, pero no el cáncer de pulmón que la mató

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Imagen de archivo de un tac pulmonar
Imagen de archivo de un tac pulmonar M. Moralejo

El Tribunal Superior condena al Sergas por no hacer pruebas diagnósticas a una mujer de Ponteareas de 56 años a la que le podían haber diagnosticado un tumor. Los jueces consideran acreditado que ya estaba en estado terminal

19 abr 2023 . Actualizado a las 00:57 h.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de condenar al Servizo Galego de Saúde por la muerte de una mujer de 56 años a la que nadie diagnosticó un cáncer de pulmón, que solo se observó cuando se le practicó la autopsia. La demanda alegaba que la mujer, de Ponteareas, había acudido 26 veces en solo tres meses a los distintos servicios de salud, y que solo se le diagnosticó una lumbalgia y fue tratada con analgésicos. El Sergas deberá indemnizar a la familia de la fallecida con 20.000 euros (10.000 para el padre y 5.000 para cada uno de sus hijos), más los intereses de los últimos siete años.

Los hechos sucedieron entre julio y septiembre del año 2015. La mujer acudió a la consulta de su médico de cabecera en Ponteareas con un fuerte dolor lumbar. Le diagnosticaron una lumbalgia y le pautaron analgésicos, antiinflamatorios y seguimiento. La situación iba a peor y fue a varias consultas. Entre ellas, a las urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, en un momento en el que se estaba poniendo en marcha el Hospital Álvaro Cunqueiro. Allí le hicieron una radiografía de la columna. No se apreciaron lesiones en los huesos, aunque sí otras de otro tipo, poco claras. Nunca se le volvió a hacer una prueba radiológica.

Y el dolor siguió. La mujer incluso fue al traumatólogo y le diagnosticaron una discopatía. Los fármacos fueron ajustándose. En total fue cuatro veces a urgencias del hospital y en el resto de las ocasiones, la atendieron en el centro de salud. En septiembre, murió en su casa. La autopsia halló un tumor en el pulmón con metástasis en varios órganos.

Las pruebas practicadas no dejan claro si la lumbalgia era consecuencia del tumor. El cáncer puede hacer una metástasis a los huesos. Sin embargo, la autopsia no deja claro si se investigó esta posibilidad o no. La perito de los demandantes declaró en los tribunales explicó que el dolor y su evolución se podían explicar como secundarios al cáncer. La mujer llevaba 30 años fumando entre diez y veinte pitillos al día. La perito de la aseguradora del Sergas dijo que podían no guardar relación. 

Por lo tanto, los jueces se abren a las dos posibilidades. Lo que sí queda claro es que, para la sala, no se hicieron las pruebas suficientes. En esto coincidió incluso la perito de la aseguradora del Sergas. Los magistrados dicen que el resultado de la primera placa «debiera haber llevado a completar el estudio con otras técnicas más precisas, como pudiera ser un tac, para descartar otras patologías». Sobre todo, teniendo en cuenta que, a pesar de la medicación, el dolor siempre iba a más. Si ese escáner se hubiera hecho, se habría detectado la causa de la lumbalgia y, además, se habría visto el tumor de pulmón. 

Cosa distinta es lo que habría pasado entonces. Porque el problema que tenía esta mujer de 56 años es que su cáncer ya estaba muy avanzado. La autopsia declaró que estaba en el estadio IV, el último, que implica metástasis. El Tribunal Superior recuerda que «no transcurrieron ni dos meses» desde la primera vez que la mujer fue al médico por el dolor lumbar y su muerte. «Las expectativas que tenía aunque se hubiera diagnosticado la existencia del tumor en el mes de julio eran muy pocas», dicen los jueces. Habría hecho falta un mes para comenzar el tratamiento (es decir, habría comenzado pocas semanas antes del cuando murió) y este habría sido paliativo. Un informe pericial dice solo el 16 % de los pacientes sobreviven dos años en casos como este.

Por eso, la sala condena al Sergas a indemnizar a la familia con 20.000 euros. Inicialmente solicitaban 80.000.