Los celestiales patronos de nuestras parroquias

j. miguel gonzález fernández

VIGO

CEDIDA

Xoán Carlos Abad compendia 172 advocaciones en la provincia

28 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Acaba de presentarse el libro In hac lacrima valle [en este valle de lágrimas]. Guía ilustrada para

recoñecer os santos patróns de templos da provincia de Pontevedra, de Xoán Carlos Abad Gallego, editado por el Instituto de Estudios Vigueses, en su colección Cadernos didácticos. Un trabajo denso de 400 páginas con abundantes ilustraciones.

La obra se divide en cuatro capítulos principales: las advocaciones de la Divinidad, la Virgen, los Santos y otras varias. En ellas se insertan los principales valedores celestiales de forma individual. Una cabecera con la presentación básica, un estudio riguroso de cada uno (sin hagiografías, como la de J. De la Voragine), acompañadas en el ladillo por conceptos explicativos, uno o dos dibujos tratados con ordenador (Santiago Peregrino y Matamoros) señalando lo más destacable de la iconografía, y un mapa de los templos en la provincia, señalando más breve su devoción y su representación plástica (San Lourenzo con la parrilla, San Sebastián asaeteado...). Un análisis muy completo y altamente visual, todo lo cual crea un conjunto muy atractivo y cercano.

Suman 172 advocaciones, correspondientes a las 166 parroquias históricas de la provincia, a las que se añaden las surgidas desde los años 50 en urbes en plena expansión, ermitas, capillas, monasterios y particulares, sobre todo en los pazos; el cómputo supera el millar de templos que se conservan en aceptable estado. Es un trabajo exhaustivo.

La paciente labor comenzó en 1995, dejando paréntesis para dar a luz otros libros diferente temática, sobre todo referidos a la Guerra Civil y subsiguiente represión. Mucho tiempo de dedicación al tema. Dedica una especial atención a Vigo y su comarca rural de O Fragoso.

El contenido nos remite a una época en la que el miedo, especialmente a la muerte, era de lo más común; las vírgenes y santos reflejaban un modelo de vida y a ellos se recurría como intercesores en el cielo para lograr la salvación, según dictaba la doctrina católica imperante. Hoy, la tecnología y los avances hacen a algunos anacrónicos, pero quedan manifestaciones de devoción muy arraigadas: San Roque, abogado de la peste, con grandes fiestas en muchas localidades; San Benito para curar las verrugas, etc. Otros han quedado como patronos de un colectivo: San Cristóbal de los automovilistas y pilotos, santos Cosme y Damián, de los farmacéuticos.

Las advocaciones más habituales eran la virgen, en sus designación de Asunción, Carmen y las

Nieves; entre los santos, Juan y Pedro, con más de medio centenar. De ellos salen nombres de muchas personas. El tiempo de las celebraciones era con diferencia el verano, lo que no tiene nada que ver con la rotación del sol ni con el buen tiempo, sino con la fecha que se le ha asignado en el calendario religioso, coincidente frecuentemente con su muerte o exaltación. Los hay desde los muy venerados en épocas pretéritas (San Sebastián, San Mauro/Amaro) hasta los muy recientes (papa Juan Pablo I, en Navia), en medio una larga diversidad.

Quedan muy presentes dos principios: el didáctico, no en vano el autor fue profesor de instituto; por otra parte, el objetivo de la institución promotora de conjugar la divulgación con la investigación, en este caso de la historia. No es imprescindible leerse el libro de un tirón, sino que también pueden consultarse advocaciones concretas, que interesen a quien lo maneje.

No quisiera cerrar el presente artículo sin una anécdota que demuestra la desinformación sobre el tema. Preguntada una destacada política viguesa sobre quién era el patrono/a de la ciudad, contestó primero que el Cristo de la Victoria, negativo; luego, san Roquiño, otra vez errado, aunque sí son los más populares. De tercero soltó a bocajarro «¡Cachamuíña!». Lo correcto es la virgen de la Asunción (15 de agosto, por más señas). Esto demuestra lo útil que puede ser el libro de Xoán Carlos Abad.

Historiador y miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses