Comienza la quinta era de Abel Caballero en el Concello de Vigo:  «Cando a cidade e a democracia falan hai que respectalas»

VIGO

La popular Marta Fernández-Tapias pide otra forma de gobernar y emplaza al alcalde a hacer «exame de conciencia», mientras que el BNG le pide que no confunda «maioría con totalidade». El nuevo mandato empieza marcado por la posible pérdida de más aliados externos para el regidor

23 sep 2023 . Actualizado a las 19:51 h.

El auditorio municipal de Vigo acoge el pleno de investidura de la nueva corporación municipal. Abel Caballero abre su quinto mandato en medio de una gran expectación. Las primeras palabras del candidato socialista han sido contundentes: «Vigo expresou uns resultados contundentes e inapelables, foi un resultado excepcional. A cidade e a democracia falaron, e cando falan hai que respectalas». Otro mensaje que ha dejado a los presentes: «Van a tratar de dividirnos porque non soportan que a Vigo lle vaia ben».

La réplica le ha correspondido a la nueva jefa de la oposición al frente del PP, Marta Fernández-Tapias, que ha dicho que la ciudad se ha expresado por el mismo gobierno del PSOE, pero «non pola mesma forma de gobernar». «Alcalde, faga exame de conciencia», le ha instado la popular, que será vicepresidenta de la Diputación al frente de la zona territorial de Vigo en la nueva etapa que se abre.

Xabier Pérez Igrexas (BNG) también ha lanzado duras críticas. Ha coincidido en que «Vigo precisa máis democracia», y no «cheques en branco para substituír á cidadanía. É preciso deixar atrás os tics autoritarios de quen confunde maioría con totalidade».

Caballero, que se ha definido como «el alcalde de la economía», acaba de ser elegido con los 19 votos del Partido Socialista frente a los 5 del Partido Popular y los 3 del Bloque Nacionalista Galego.

Nuevo mandato

Hace cuatro años, cuando Abel Caballero tomó posesión como alcalde por cuarta vez, aseguró a pie de estrado que aún le quedaba por revalidar el cargo dos ocasiones más. Hoy agotará con 76 años, y a tres meses de cumplir uno más, la primera de esas dos bolas extra que él mismo vaticinó. En la noche de los últimos comicios hizo otro pronóstico, el de que obtendrá entre 20 y 21 concejales en las municipales del 2027. El regidor socialista es una campaña electoral permanente, de 1.460 días entre mandato y mandato.

El que hoy arranca será diferente, pues tendrá menos aliados con los que hacerse fuerte. Ya no contará con la Diputación en su misma orilla; está por ver si logrará retener por tercera vez la plataforma de la presidencia de los 8.000 alcaldes de España, y en un mes se sabrá si también pierde la Zona Franca y el Gobierno central cambian de color, de rojo a azul. Si todas esas plataformas se le sitúan enfrente, en lugar de detrás como hasta ahora, y se suma a ese escenario la Xunta, Caballero tendrá que hacer gala de unas dotes de procurarse consensos que no ha cultivado en 16 años, o ahondar en la estrategia y denuncia de la confrontación.

En la toma de posesión del 2019, pronunció un duro discurso como candidato a la reelección en la solemne sesión. Habló de «falsos e falsas profetas», afinó el acento contra la Xunta, y culpó al PP del retraso del AVE, de haber construido un hospital que calificó una vez más de privado, de haber propiciado el fin de las cajas, y de hasta no apoyar los conciertos musicales en Vigo. Justo este tema, el de los eventos musicales, el protagonizado por Guns N'Roses, le ha dejado sin voz desde hace días y de manera inédita en más de tres lustros. No ha vuelto a comparecer, a transparentarse ante la prensa.

Hoy hablará, dos veces incluso, como aspirante a la reelección ante los demás integrantes de la corporación, y ya de nuevo como alcalde, con «mayoría absolutísima» como proclamó la última vez, aunque ahora con casi 20.000 votos menos y un concejal más para sus opositores. Estos han crecido a costa del PSOE y de Marea de Vigo, que ya no está. El PP tendrá cinco voces esta vez, en lugar de cuatro, y el BNG grupo propio, al crecer de un escaño a tres. Los nacionalistas ya no serán el «no adscrito» como Caballero ha venido tratando a Xabier Pérez Igrexas, con cuya formación no ha abierto ni la más mínima senda de entendimiento, pese a la buena e indispensable sintonía que ha hecho a Carmela Silva presidenta de la Diputación durante los últimos ocho años. En Vigo no se necesitan.

Y el PP, la tercera vía de la corporación, estrena su pequeño «punto de inflexión», el salto de cuatro a cinco ediles, la vuelta de una cabeza de lista cuatro años después, tras no haber siquiera tomado posesión su anterior candidata, Elena Muñoz, al bajar con el partido del Gobierno en Galicia a la condición de casi testimonial en Vigo.

Empieza el décimo segundo mandato de la corporación viguesa. Arranca un nuevo mandato a cara de perro. ¡Que gane Vigo! Eso se espera.