
El astillero vigués entregará el oceanográfico en el 2025
21 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Una de las mejores especificaciones técnicas que puede incorporar hoy en día un buque de investigación es el silencio. Que la actividad humana, tampoco la científica, no distorsione los ecosistemas marinos ni altere la cotidianidad de lo que ocurre ahí abajo, en el fondo. Freire Shipyard construye para Francia el nuevo buque insignifica de su flota ocenaográfica, diseñado para ser sigiloso, respetuoso con el medio ambiente. «Toda la comunidad insistió en que este barco fuera lo más ejemplar posible en cuanto a ruido, consumo y, por tanto, huella de carbono», señala Éric Thiébaut, profesor de oceanografía biológica en la Universidad de la Soborna.
El nuevo buque para el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer) mide 40 metros de eslora y diez de manga. A bordo, tiene capacidad para doce científicos y miembros de la tripulación y su autonomía es de veinte días. El oceanográfico barrerá áreas costeras del océano Atlántico y está equipado para cubrir todas las disciplinas de la investigación marina, como geociencias y paleoclimatología, oceanografía biológica y funcionamiento de los ecosistemas, desde la costa hasta la plataforma continental.
El astillero vigués fabrica un buque de investigación que, a partir del 2025, navegará por el Canal de la Mancha, así como cruzará el charco hasta las Indias Occidentales. Las labores del último cliente de Freire en el mar Caribe tienen cierta trayectoria. El Ifremer desarrolla en Martinica actividades de acuicultura, pesca, medio ambiente y biodiversidad.
El último oceanográfico confirmado para construir en la ría de Vigo es híbrido. Freire toma el mando de la carrera por la transición energética con un buque alimentado por alternativas más limpias. El pedido cuenta con un sistema de propulsión diésel eléctrico y un paquete de batería «que ofrecen un gran rendimiento de la planta de energía», explican desde el astillero.
La estructura del barco también favorece que el consumo sea menor, ya que el casco y la central está diseñados para este objetivo. «Destaca el amplio abanico de tecnologías de ahorro implantadas», añaden desde la empresa, que se refiere al sistema de distribución de energía, el de recuperación de calor, el de aislamiento térmico y el encargado de la eficiencia del aire acondicionado.
De tipo semi-offshore, el oceanográfico francés es una aproximación a los «barcos del futuro». El instituto que encarga el pedido comparte la idea extendida desde Europa de que la flota de hoy no está en condiciones de asumir el reto de la descarbonización. Desde el 2008, «los diez barcos de altura y costeros de la oceanografía francesa se han beneficiado regularmente de trabajos de modernización, pero no ha habido nueva construcción», explican desde el centro que ha apostado por Vigo para modernizar sus medios.
El astillero
Abordar la transición energética es el mayor reto que tiene ante sí la construcción naval. Las tecnologías todavía se encuentran en fase de desarrollo y su coste es caro. Freire Shipyard ha tomado la delantera entre los astilleros de Galicia en el camino hacia las energías renovables. Así, en sus gradas fabrican hoy en día el buque de investigación David Packard, dedicado al fundador de la tecnológica HP. Es para el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (MBARI), de Estados Unidos. Diseñado como un oceanográfico de última generación, su propulsión es diésel y eléctrica.
Otro hito fue la transformación del Falkor (Too), una historia que representa el paradigma de la carrera hacia la sostenibilidad. En su momento, sirvió como barco de apoyo de plataformas industriales y del astillero Freire partió convertido en un pionero buque de servicio a la ciencia.