Los conflictos laborales estallan en la industria de Vigo

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

Movilización de los trabajadores de Metalships este agosto.
Movilización de los trabajadores de Metalships este agosto. Oscar Vázquez

Las plantillas de Ganomagoga, Maderas Iglesias, Benteler, una antigua filial de Faurecia, Metalships, Hiperxel y Nueva Pescanova salen a la calle por recortes salariales o por el cierre de sus empresas

14 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La producción industrial en Galicia ha encadenado tres meses de caída, cada vez más pronunciada. Al descenso del 1,7 % en junio le sucedió otro del 2,1 % en julio y uno del 5,8 % en agosto, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Vigo aparece como el máximo exponente de este retroceso. El histórico motor de la comunidad paga las consecuencias de la pandemia y la espiral inflacionista, con la caída en picado del consumo, ha afectado de lleno a numerosas empresas. Una de las consecuencias más inmediatas ha sido el estallido de los conflictos laborales.

Trabajadores del sector han salido a la calle para reclamar actualizaciones salariales que les permitan soportar el aumento del coste de la vida (en España, el IPC cerró el año pasado en el 5,7 %) o para exigir la atención de las administraciones en el caso de empresas que no han soportado la coyuntura económica y han activado despidos o, en el peor de los casos, un concurso de acreedores. Otros simplemente son víctimas de una mala gestión empresarial. «El episodio inflacionista ha comenzado a remitir, pero nos ha dejado una inflación inédita en el siglo XXI. Ha generado un brusco cambio en la política monetaria de la eurozona, cuyos efectos negativos estamos solo empezando a sentir», indica el análisis La economía gallega en tiempos de policrisis del informe Ardán, elaborado por la Zona Franca de Vigo.

XOAN CARLOS GIL

Ganomagoga. El grupo industrial fundado por Cándido González hace más de cincuenta años solicitó un concurso de acreedores en marzo con más de 20 millones de euros de deuda acumulada. En pleno bum de las energías renovables, el histórico grupo de Ponteareas, especializado en la construcción de torres eólicas, se vio abocado a un cierre. 200 trabajadores esperan una resolución judicial. «Non entendemos como unha empresa como esta, estratéxica e adicada ao sector eólico, chegou a esta situación», criticaba el comité de empresa, presidido por la CIG.

Maderas Iglesias. En abril de este año, el Juzgado de lo Mercantil 3 de Pontevedra dictaminó que la histórica maderera había incumplido el calendario de pagos con entidades financieras. Solo cubrió en plazo 836.447 euros de los 4,25 millones que debía haber retribuido hasta la pasada primavera. Finalmente, la empresa fue a la liquidación y ahora los trabajadores esperan la resolución de la Justicia para conocer si finalmente aparece un socio inversor interesado. «Ir a trabajar sabiendo que se pueden ir a la calle 90 personas es mucha tensión», lamentaba en las páginas de este periódico Vicente Molares, presidente del comité.

Benteler. La dirección de la firma auxiliar de Stellantis propuso a su plantilla congelar los sueldos con el objetivo de alcanzar varios proyectos por los que peleaba el holding austríaco. La contención salarial afectaría a las plantillas de Vigo y Mos y haría falta modificar su convenio actual. Los trabajadores se movilizaron y organizaron en junio una consulta de voto secreto en las urnas. «La votación ha sido clara y contundente: el 92,3 % de los votos han dicho no a los recortes», indicaba el sindicato Comisiones Obreras, con mayoría en el comité de empresa. Pero la plantilla lidia ahora con una nueva medida, ya que la multinacional ha anunciado su intención de activar un ERE a finales del 2024 que afectará a cincuenta trabajadores.

Oscar Vázquez

Madera Fiber Technologies. Los 105 trabajadores de la antigua filial de Faurecia en O Porriño viven un auténtico culebrón desde que en enero del 2022 se hizo efectiva la venta de la empresa al fondo de inversión Callista. La operación se selló por un euro y así se convirtió en Madera Riber Technologies. El fondo alemán vendió posteriormente los terrenos a una sociedad local mientras el negocio pasó a manos de una empresa alemana con sede en Rumanía. El pasado septiembre, esta última solicitó el concurso de acredores. Desde entonces, el centenar de empleados se han movilizado en As Gándaras, ante la Xunta en Vigo o en la filial de Faurecia Asientos. «Nos han enterrado en apenas 18 meses», lamenta la plantilla, de 50 años de media, y que solicita la implicación de las administraciones para no dejar caer una industria que hasta su último día tenía carga de trabajo.

Metalships. En agosto de este año, la plantilla del astillero presidido por Manuel Rodríguez respondió con solidaridad al despido de siete trabajadores (dos miembros del comité de empresa) por «causas económicas», según alegó la dirección. El cuadro de personal convocó una huelga indefinida en la factoría naval, así como movilizaciones hasta el Círculo de Empresarios (que preside el propio Rodríguez) para pelear por la readmisión de los expulsados.

Xaime Ramallal

Hiperxel. Apenas pasaron tres años desde que Vinova Group se hizo con Xeldist Congelados y esta encaró la quiebra. La matriz que explota la marca Hiperxel solicitó el concurso de acreedores el pasado abril, alegando causas de índole externa e interna. Sus más de 300 trabajadores soportaron varios meses de incertidumbre hasta que, finalmente, la administradora concursal del caso apostó por el ERE como salida más sostenible. La plantilla, mayoría mujeres, salió a la calle para «al menos morir con la cabeza levantada».

Nueva Pescanova. Trabajadores de las oficinas de Chapela de la pesquera líder en España se manifestaron en la salida de la feria Conxemar después de que la empresa anunciase un ERE de 100 trabajadores, que finalmente se quedará en 82. La parte social considera que la dirección de la compañía no ha tenido en cuenta «nuestra implicación con la marca». «Hemos pasado muchos momentos difíciles y la hemos defendido y protegido con un compromiso leal», indicaron después de la primera movilización.