Tres mujeres con parálisis cerebral cuentan el «miedo» que les da acudir al centro de Vigo, una ciudad que, a veces, «olvida que existimos»
11 dic 2023 . Actualizado a las 22:41 h.A Rosa le encanta la Navidad. No lo esconde. Su silla de ruedas es un adorno en sí misma. Tiene una Mamá Noel, arbolitos rojos, guirnaldas y unas luces que parpadean en varios colores. Estas fechas para ella son especiales, pero podrían serlo más si pudiera disfrutar de las luces de Vigo, su ciudad. «Me da mucho miedo ir al centro porque no hay ningún recorrido en el que me pueda sentir segura», cuenta. Sabe que este fin de semana miles de personas abarrotaron la urbe. También le dijeron que muchos vecinos se agobiaron al tratar de llegar a sus casas. Los entiende. Esa sensación de inseguridad, de enfado y miedo ella la ha vivido más de una vez. «Imagina estar en el medio de una multitud que ni te mira, tú eres más bajita, y que solo quiere avanzar y avanzar. Vaya agobio, ¿verdad? «Da mucho miedo». ¿Cómo se soluciona? «Es fácil. Solo tienen que acordarse de nosotros».
Rosa vive en la residencia que APAMP (Asociación de Familias de. Personas con Parálisis Cerebral) tiene en Navia. Allí convive con Sandra y con Laura. A las tres les gusta la Navidad, pero ninguna podrá subirse a la noria este año. «No han pensado en nosotras», dice Laura. La noria no tiene ningún espacio pensado para personas en silla de ruedas. Ella es la única de las tres que ha visitado las luces del centro este año. Lo hizo el pasado domingo con algún compañeros y dos monitores «aprovechando que llovía». ¿Y te agobiaste? «Sí, había mucha gente y no pudimos disfrutar». ¿Habrías ido sola o con tu familia? «No, mi madre es muy mayor y le da miedo». A su lado, Sandra, muy enfadada, le cuenta que ella lleva años sin poder ir a ver las luces. El año pasado «me enfadé mucho por no ir», recuerda. Le insistió mucho a su madre para que la llevara, pero ella no se atrevió. Le decía: «¿Cómo hacemos si pasa algo?» y Sandra no sabía qué responder. Sabe que si pasara algo ella solo podría gritar «socorro».
Si pudierais hablar con el alcalde, ¿qué le pediríais por Navidad? Las tres se ríen. Piensan. «Que la próxima Navidad se acuerden de nosotras», sentencia Rosa. No piden mucho, solo poder disfrutar de unas fiestas que le gustan mucho. La gerente de Apamp, Conchi Somoza, está de acuerdo con ellas y añade que no es tan difícil actuar. Por ejemplo, indica que si «el tren de la Navidad fuera accesible podrían disfrutar de las luces como cualquiera». Un detalle pequeño, pero que «les ayuda y les hace sentir escuchadas». Otra acción «necesaria» sería la de incluir «zonas seguras» en las que las personas usuarias pudieran disfrutar de las luces con cierto espacio. ¿Cómo en los conciertos? «Sí, algo así». Esto es «muy importante», ya que si hay algún problema ellas podrán reaccionar mejor o recibir atención antes.
¿Qué falló? «Lo que te dijeron antes: empatía», dice Sandra. Conchi recuerda que esta situación se soluciona «sí nos paramos a pensar un poco en cómo se sienten ellas». Sabe que a la sociedad estos problemas se le olvidan hasta «que tocan de cerca», pero incide en que lo pasa en la Navidad de Vigo es un ejemplo más que indica que «necesitamos un cambio de mentalidad» para ser una sociedad mejor. Por ahora, Sandra, Rosa y Laura confirman un año más que la Navidad de Vigo no va sobre ruedas.