Los arquitectos de Londres que transformaron unas ruinas de la Costa da Vela en una casa de diseño

Alejandra Pascual Santiago
ALEJANDRA PASCUAL CANGAS / LA VOZ

VIGO

Su flechazo con el paisaje virgen de Donón les llevó a construir solo con materiales de Galicia y el norte de Portugal

10 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Por cómo lo cuentan, la sensación es que Dominique Gagnon y Jamie Fobert disfrutan la dolce vita cada vez que pisan Donón. Esta pareja de arquitectos canadienses que trabajan en Londres encontró en la Costa da Vela un rincón en el que cumplir la promesa de disfrutar de sus vacaciones «aislados por la naturaleza». Ambos han dejado su huella en edificaciones premiadas de la capital británica, de Sudáfrica o de Finlandia a través del prestigioso estudio que dirige Fobert, pero en O Hío legan un proyecto muy personal. Transformaron las ruinas de una vieja casa de piedra en una vivienda de diseño, de lujo sin aspavientos y diseñada para mimetizarse con el entorno.

Dominique y Jamie llegaron por primera vez a la península de O Morrazo en el 2004. Aquel verano, recorrieron en bicicleta el norte de España «desde Santander hasta Vigo —explica Gagnon— y nos quedamos en Aldán». «Fue justo después de los Juegos Olímpicos de verano, cuando David Cal ganó dos medallas. Estábamos aquí durante la fiesta de bienvenida, pero no sabíamos qué estaba pasando», recuerda el arquitecto. «Habíamos oído hablar de la playa de Barra, así que almorzamos en Donón y caminábamos hacia el arenal cuando nos topamos con las ruinas de dos casas y una especie de granero», relata. Ante sus ojos, solamente figuraba una construcción de piedra en medio de una extensión verde «y cubierta de maleza», pero sintieron una fuerte corazonada que les llevó a pelear durante seis años hasta conseguir la propiedad de aquellos vestigios. «Nos enamoramos de este paisaje virgen», relata Dominique.

Camino de Playa - Una casa en Galicia de Tapio Snellman, en Vimeo.

La Xunta de Galicia tardó cerca de dos años y medio en conceder la licencia en aquel terreno, recuerda el arquitecto, que ve con buenos ojos que la administración «supervise los permisos y el control del desarrollo». Las obras implicaron dos años de trabajo más. La arquitecta coruñesa Marta Gutiérrez les acompañó en toda esta travesía que tomó forma en el 2014 y cuyo resultado, cree, es «un buen ejemplo de renovación sin afectar el entorno».

Conceptualizar una vivienda que no desentonase en un paisaje natural como es Donón, junto al acantilado que mira al océano Atlántico y a las islas Cíes, era una obsesión para Dominique y Jamie. Que lo han hecho bien es evidente. «La casa utiliza pocos materiales y todos son locales, de Galicia o del norte de Portugal», explican. La fachada es de granito y los muros, de piedra. La estructura, los techos y el mobiliario están fabricados en madera de castaño, mientras que los baños se hicieron a base de mármol luso. Además, señalan, «mantuvimos los muros que estaban en buen estado». La decoración también rinde homenaje a la tradición gallega, con detalles de Sargadelos. La vivienda está esbozada para que en verano «las zonas interior y exterior se fusionen en una».

Dominique Gagnon y Jamie Fobert.
Dominique Gagnon y Jamie Fobert. C

Dominique confiesa que el patio exterior, cercano al salón, es su estancia favorita. Tampoco se olvida de la piscina, que se encuentra en la planta superior con acceso directo desde el dormitorio principal. «Está en una ubicación perfecta para apreciar la puesta de sol sobre Donón», describe. La casa cuenta con cinco habitaciones, cada una con un cuarto de baño. Es toda una experiencia a la que se accede por un camino rodeado de viñedos.

Crecimiento de Galicia

El sector turístico gallego tiene claro que las altísimas temperaturas registradas en los últimos años en la costa mediterránea están provocando una corriente de visitas a lugares más frescos de España, como es esta región. Dominique Gagnon opina algo parecido. «Hay quien piensa que en el norte del país llueve todos los días, pero en verano siempre hemos disfrutado de un clima refrescante», explica. Su sensación es que las Rías Baixas son un destino refugio en una Galicia que cada vez es más conocida en el Reino Unido. Y valora la proximidad de Portugal.