Los gemelos que atendían a Laxeiro

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Los hermanos Álvaro y José García Pascual empezaron a trabajar como camareros a los 16 años y se hicieron cargo con 21 del café vigués El Escorial, un establecimiento con clientela fiel a su estilo dinámico

08 jun 2024 . Actualizado a las 01:58 h.

 En Vigo, El Escorial es un monumento al buen café, las buenas tapas, el buen servicio y el buen humor. El local que llevan los gemelos José y Álvaro García Pascual es uno de esos establecimientos donde a ciertas horas reina un ritmo frenético, gracias al cual nadie se queda esperando su consumición más tiempo del necesario.

A su vez, convive con esa premura dinámica la cadencia pausada de quienes eligen pasar su tiempo sin prisa, en el interior o en la terraza, leyendo el periódico o charlando con la clientela o con los hermanos que sirven a todo el mundo con la atención y dedicación de quien abre las puertas de su casa. Al fin y al cabo, El Escorial es el otro hogar de estos dos profesionales de la hostelería que llevan acumulada ya tanta cotización a la Seguridad Social que se podrían jubilar mañana si quisieran. Pero no quieren. A José y Álvaro les encanta lo que hacen, y lo hacen desde que tenían 16 años. Ahora tienen 51 y regentan su negocio propio desde que tenían 21.

Sus primeros pasos en el sector los dieron como empleados en cafeterías míticas de la ciudad. Álvaro en la cafetería Goya, en Urzaiz, una institución donde Laxeiro tenía mesa propia; y José en la jamonería Centro, no muy lejos de la anterior, en Manuel Núñez. «Estando allí nos llamó Antonio Eiro, que fue el que puso en marcha El Escorial y también La Taberna de Tony y el restaurante Soutomayor», porque como recuerda, se deshizo de ambas para responsabilizarse de una importante distribuidora de bebidas para la zona norte.

Los hermanos vieron la oportunidad de establecerse por su cuenta y así lo hicieron. «Éramos unos críos, la gente venía y nos preguntaban: ¿Está el jefe? Quiero hablar con tu jefe», ríen los gemelos, a los que el mundo de la hostelería no les resultó nunca ajeno porque su padre ya había trabajado de camarero «en la histórica cafetería Rosalía de Castro, donde ahora está el Teatro Afundación, que tenía hasta limpiabotas», rememora Álvaro. Fue él el que los introdujo en el sector. «Nos dijo si queríamos estudiar o trabajar y como estudiar no nos gustaba mucho, nos buscó chollo», cuenta José, que actualmente luce pelo corto y se diferencia sin duda de su hermano porque Álvaro lleva el pelo largo atado en una cola. «También estuvimos empleados en el Don Gregorio de la Porta do Sol antes de ir a la mili. Siempre nos cogían a los dos juntos», señalan los profesionales, que son toda una institución en la zona centro de Vigo donde atienden a una media de 300 clientes por jornada. Entre ellos, famosos locales como los Killer Barbies, Cómplices o varios jugadores del Celta y celebridades nacionales entre las que mencionan a Javier Gurruchaga.

Los gemelos, que tienen dos hermanas, María José y Beatriz, residen en Vigo desde hace muchos años. Nacieron en Arbo, donde todavía viven sus padres, José y Beatriz, y donde retoman el contacto con la naturaleza cuando pueden. «Nosotros antes de venirnos a la ciudad andábamos en el monte pastoreando cabras y ovejas», relatan sobre un pasado rural que a veces echan de menos. Su jornada laboral es de doce horas desde bien temprano, todos los días excepto los domingos y algunos festivos. Con ellos está Laura tras la barra desde hace 12 años y se jactan de poder ofrecer «la mejor calidad a precios razonables».

Aunque su café se llama El Escorial, ninguno de los dos ha estado nunca en la localidad madrileña que da nombre al municipio de San Lorenzo y apellido al monumento que fue residencia de Felipe II. «Nos regalaron libros, pero no hemos tenido tiempo todavía», argumentan. Ahora suelen cerrar 15 días en agosto, pero cuentan que estuvieron casi 20 años sin vacaciones. Los que sí las tienen son muchos clientes de Madrid que cuando regresan a Vigo, se pasan por su local. O navegantes ingleses que llegan con tickets del 2006. Y es que los García Pascual tienen fans que les siguen desde hace 30 años. Desde la época del Goya han ido de bar en bar con ellos. Otros se jubilan y aunque no viven pro la zona, siguen yendo allí. Algunos son casi como de la familia, y cuando faltan, lo sienten de corazón, como el fallecimiento de José González, al que llamaban Matusiños, o el del relojero vecino, Pedro Pagán.

Además de miles de horas de trabajo, comparten la afición por la música, especialmente por el rock: Metallica, Deep Purple y Heredeiros da Crus.

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María Berdiales, 2. Vigo