Dos divorciados van a los tribunales en Vigo para dirimir quién paga la comida de su bulldog francés

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

Cidade da Xustiza
Cidade da Xustiza Oscar Vázquez

La mujer está en el paro y no quiere abonar la quinta parte de los gastos de pienso, vacunas y veterinario de la mascota familiar

05 oct 2024 . Actualizado a las 20:48 h.

La Audiencia en Vigo ha ordenado a una divorciada en paro que pague la quinta parte de las facturas de las vacunas, las medicinas, la asistencia veterinaria y la alimentación de su mascota, un bulldog francés que comparte con su excónyuge. La mujer decía que su exmarido disfrutaba casi en exclusividad del animal de compañía, el cual él tenía en su domicilio. Según la sentencia de divorcio, la exesposa podía pasear dos horas al día, cuatro días a la semana, al can de la familia y devolverlo a la casa de su expareja. Debido a que ella pasaba penurias económicas por estar en el desempleo y el exmarido haberse quedado con el perro, consideraba injusto que tuviese que cargar con las facturas del veterinario y el mantenimiento del perro.

El asunto acabó en los tribunales. Un juez de familia de Vigo dictaminó que ella debía pagar el 20 % del coste de la atención veterinaria del bulldog, sentencia que avala ahora la Sexta Sección de la Audiencia de Pontevedra, en una sentencia del 17 de junio. La sala sostiene que ambos excónnuyges

La mujer solicitó también que se declare que el demandado al ostentar el cuidado ordinario es el responsable de cualquier infracción administrativa, civil o penal que genere el animal de compañía.

La mujer, en el juicio intentó que la mascota pasase a titularidad del demandado, y recordó que el juez no tuvo en cuenta que ella tenía pocos recursos económicos y como prueba de ella dijo que era beneficiaria de justicia gratuita. Pero la Audiencia dice que ignora todo sobre la situación económica de la mujer, ni sabe si trabaja o no o si recibe algún tipo de prestación. Así que le obligan a seguir manteniendo al animal. La divorciada también se quejó de que su exmarido tenía más tiempo la mascota que ella, cuyo tiempo era mínimo, pero la sala le recuerda que fue ella misma la que, en su día, pidió ese horario. También tendrá que hacerse cargo de las multas porque no pidió antes al juez que las quitase.