Afectados por un incendio con cuatro muertos en Vigo que fueron denunciados por ser okupas: «No tienen corazón, no tienen vergüenza»

E. V. Pita VIGO

VIGO

M.Moralejo

Se aplaza al 1 de abril el juicio por un delito leve de usurpación a 25 residentes del edificio de la calle Alfonso X donde murieron una madre y tres hijos en octubre de 2023. Entre los denunciados está el viudo y padre de los niños fallecidos que sobrevivió al incendio.

29 nov 2024 . Actualizado a las 01:42 h.

El juicio a 25 okupas del edificio incendiado de Alfonso X que fueron denunciados por un delito leve de usurpación fue aplazado al 1 de abril del 2025 porque faltaron dos abogados de oficio y varios acusados. La Fiscalía ofrecía un pacto para que los supuestos residentes ilegales aceptasen una multa de 180 euros cada uno pero ninguno estuvo de acuerdo porque lo consideran una «injusticia» y alguno prefiere el arresto domiciliario que pagar ni un céntimo. Recuerdan que en dicho incendio murieron una madre y sus tres hijos. Entre los denunciados está el viudo y padre de los niños fallecidos, que sobrevivió al fuego.

«Después de lo mal que lo hemos pasado nos denuncian, con cuatro vecinos muertos, es patético, no tienen vergüenza, no tienen corazón ni una pizca de humanidad», dijo una de las residentes, Esperanza, rescatada en el incendio ocurrido en la madrugada del 11 de octubre del 2023.

Otro de los denunciados es un vecino que dormía con respiración asistida y que fue el último en ser rescatado tras encerrarse dentro de la vivienda para que no entrase el humo que subía por las escaleras.

La denuncia la presentaron los dueños del inmueble para que la jueza reconozca su posesión. La defensa de los denunciados replica que la posesión ya es reconocida desde el momento en que el Ayuntamiento de Vigo les concedió licencia para hacer obras en el inmueble siniestrado. Recalcan que el edificio estaba abandonado cuando entraron los primeros residentes ilegales.

Un abogado aclaró que las denuncias contra los supuestos ocupantes comenzaron en el 2020 y que la policía identificó a los residentes el mismo día que fueron rescatados del incendio.

Al juzgado acudió el viudo y padre de los tres niños fallecidos, Emilio Barrul, superviviente del incendio que estuvo hospitalizado y que también ha sido denunciado. Solo se salvaron él y su hija de la familia que vivía en el cuarto piso: «Mi hija es la que me da fuerza, estamos con mi padre hasta que encontremos alquiler». Se queja de que la Administración no le ha proporcionado las ayudas prometidas: «No nos ayudan en nada, te tienes que buscar la vida. Me recuperé gracias a mis esfuerzos».

La vista se iba a celebrar en el Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo pero, según los abogados de oficio, las citaciones se realizaron tres días antes y varios tenían asuntos concertados. El juicio ya se había suspendido en julio. Dado que faltaban algunos letrados, no fue posible realizar el juicio porque los del turno de oficio no pueden enviar a un sustituto. Debido a las reducidas dimensiones de la sala, los abogados permanecieron de pie. El 1 de abril se buscará una sala más adecuada. 

Ante la falta de acuerdo, la acusación particular y la Fiscalía tendrán que demostrar que cada uno de los 25 residentes en la vivienda era un ocupante ilegal. Acudirán a testificar al juicio agentes de la Policía Local que intervinieron, así como policías nacionales.

Por su parte, la oenegé Os Ninguéns prevé realizar mañana una concentración de apoyo a los okupas denunciados en la plaza de la Cidade da Xustiza. Su portavoz, Antón Bouzas, anunció que va a enviar un escrito al Ministerio de Justicia para que proteja a las madres desahuciadas, que están «aterrorizadas» por miedo a que Servicios Sociales les quite a sus hijos por ser pobres y carecer de un techo donde vivir. «Esixiremos unha vivenda digna en Vigo e o remate da xudicialización dos despexos [desahucios], que son un problema sociocomutario», indicó Bouzas. Califican el juicio de una «inxustiza habitacional e social cos ex moradores de Alfonso X». Consideran que los desahucios deben ser desjudicializados.

El suceso

El incendio del edificio okupado de Alfonso X en Vigo fue una de las peores tragedias que se recuerdan en la ciudad. Una madre y sus tres hijos fallecieron al ser sorprendidos por las llamas mientras dormían sobre las cuatro de la madrugada. El fuego arrancó en el portal y el humo subió por efecto chimenea hasta el cuarto piso, donde asfixió a la familia cuando intentaba escapar al quinto piso. El padre se colgó del alféizar de la ventana tapando con su camiseta a la benjamina de la familia, de 8 años, para protegerla. Fueron rescatados por los bomberos y resultaron ser los únicos supervivientes de la familia, aunque tuvieron que ser hospitalizados con quemaduras graves. Su esposa y sus otros tres hijos, de 14, 12 y 10 años, murieron por inhalación de humo y estrés térmico. La víspera, la hija mayor había celebrado allí una fiesta de cumpleaños. Además, hubo otros siete vecinos hospitalizados por intoxicación por gases o quemaduras. 

El edificio, situado en el número 6 de la calle Alfonso X el Sabio, a 200 metros de la plaza de América, en el barrio de As Travesas, tenía el agua y la luz cortadas por la propiedad, aunque los residentes precarios hacían enganches ilegales con tuberías y conexiones eléctricas.

Las quejas en el barrio sobre la inseguridad e insalubridad del edificio okupa eran constantes desde hace diez años. Un residente en el inmueble colindante refiere que denunciaron la situación ante el Concello pero que, según dice, no se actuó de manera expeditiva.

Según concluyeron los bomberos, el origen del fuego se situó en el manipulado cuadro de luces. Una chispa fue el detonante y una motocicleta estacionada a los pies de la instalación y con combustible en el depósito convirtió la llama en un incendio. La basura y enseres acumulados en el edificio hicieron el resto. Cuando el humo alertó a los vecinos estos abrieron las ventanas para respirar, pero la corriente generada hizo que las llamas subieran por el tiro de la escalera. El edificio se convirtió en una ratonera cuya principal vía de escape, el portal, era el foco del incendio. 

 El Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo archivó el caso como incendio fortuito. No obstante, algunos exmoradores todavía sospechan que fue intencionado porque, según dicen, no saltaron los plomos cuando empezó el fuego y un cortocircuito solo habría afectado al cuadro eléctrico.