Obras de arte que surgen de la chatarra

Monica Torres
M. Torres A GUARDA / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El guardés Genaro Alonso crea todo tipo de piezas con materiales desechados

11 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los belenes de Genaro Alonso brillan en Vigo, A Guarda y Oleiros. Están elaborados únicamente con metal reciclado y el resultado sorprende por un ingenio que parece no tener límites. Con las composiciones navideñas se inició hace siete años, pero hace ya 25 que este carpintero de A Guarda cultiva un extraordinario talento para devolver a la vida objetos desterrados. Donde otros ven media docena de tenedores, él visualiza y hace una palmera colocándole unos tornillos y un piñón de bicicleta, una cuchara la transforma en la cara del niño Jesús o un grifo en la figura de un labrador del pesebre. A cuantos visitan sus trabajos, expuestos ahora mismo en su villa natal, Oleiros y la sede de Afundación en Vigo, les divierte y fascina realizar el proceso inverso: descomponer en su imaginación cada pieza para lograr identificar sus partes. No es fácil.

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Los elementos principales de sus creaciones son los microondas «porque de ellos saco los motores que mueven las piezas más pequeñas», las cucharas, tenedores o los motores de taladros o rebarbadoras. Emplea estos inducidos para darle forma a las caras de las figuras y los codos de fontanería le sirven para las figuras que trabajan encorvadas. Pero también recurre a cadenas de bicicletas, engranajes, tuercas, palieres, motores de coches, sistemas de suspensión o rodamientos que sus amigos y conocidos le ceden con gusto en cuanto se estropean. En ocasiones, también visita el punto limpio, donde recoge materiales que llenan su taller mágico en casa. En ese espacio, da nueva vida a coches, personajes y belenes enteros, creados a partir de objetos abandonados y descartados que además se mueven.

Lo del gusto por las manualidades le viene de niño. «É mañolas como o avó, o tío Ricardo», recuerda que le decían de pequeño. Se inició en la carpintería con su abuelo y con 8 años ya hizo coches y juguetes para jugar con sus hermanos. Trabajó como carpintero de madera y después se pasó al aluminio, pero su habilidad para visualizar nuevas formas a partir de materiales desechados le ha llevado a forjarse un nombre en la escultura y el reciclaje artístico.

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El párroco de la iglesia nueva de Oleiros visitó su casa hace unos años y, asombrado por su genialidad, le pidió que le hiciera un belén. «Fue el que me metió el gusanillo de los belenes y una vez que empiezas, lo difícil es dejarlo», asegura y, cuando aún no acaba de clausurarse una exposición ya está pensando en la siguiente. En el de A Guarda, de ocho metros cuadrados, que se puede visitar en la Casa dos Alonsos, este año se ha incorporado un afilador, un escultor, un castillo, dos telleiros o un lagar. «A mí me gustan las cosas difíciles y resolver los retos sin atajos. Nada de Internet o tutoriales, me gusta romperse solo la cabeza», señala Genaro. A ello dedica todo el tiempo que puede y para encajar todas las piezas ha de emplearse a fondo. «Hay piezas de los belenes que me llevan hasta cuatro días porque hay que cortar, soldar y acoplar el motor para el movimiento», afirma Genaro Alonso.

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De su factoría casera han salido más de un millar de piezas. Incluso alguno de sus mecanismos ideados pueden verse desde casa porque son móviles que funcionan con el viento. Entre las obras favoritas de todos estos años, un Quijote de hojalata que mide unos 1,70 metros o un gran pájaro al que dio vida con guadañas, picos, palas, azadas y rastrillos.