Cal Barral, establecimiento al que estuvieron vinculados en el pasado los padres del palista olímpico David Cal, es hoy un negocio en evolución que cuida el equilibrio entre el producto artesano y la eficacia
14 dic 2024 . Actualizado a las 02:27 h.Es muy probable que el epicentro original de las primeras colas de gentío y coches en O Morrazo se sitúe delante de la panadería Cal Barral. Este establecimiento ubicado en Vilariño, en la parroquia canguesa de O Hío, lleva años creando adicción al buen pan en toda la provincia. Ahí comenzaron los atascos y luego se expandieron. Empezó su historia de la mano de la pareja originaria de Mondariz formada por Emilio y Asunción en plena Guerra Civil española. Su local estaba entonces más cerca de la playa que el actual, que ocupan desde hace unos 70 años al lado de la carretera general. Poco tiene que ver el negocio de entonces con el de ahora excepto en el número de horas trabajadas, que suele ser inusualmente alto respecto al comercio en general.
Cal Barral nació como una panadería familiar y lo sigue siendo, aunque ya lo fue más. La última incorporación es la de Brais Otero, un joven de 19 años que ha introducido a la empresa en el siglo XXI potenciando su presencia en redes sociales. «Me ocupo de eso, pero también estudio Administración y Gestión, y si tengo tiempo, hago reparto de pan en una de nuestras furgonetas», cuenta el emprendedor chaval, ahijado del medallista olímpico David Cal al que el Concello de Cangas dedicó precisamente la calle en la que se asienta la panadería en la que trabajaron sus padres.
El padre de Brais, Alfonso Otero Cal, recuerda que los fundadores «fueron los abuelos de mi madre, luego estuvo mi abuelo, Domingos, con Rogelia, y de mi abuelo pasó a mi madre, Rosario, junto a Miguel, el padre de David Cal. Hay un momento, después de las primeras medallas olímpicas, en que decidieron desvincularse del negocio y montaron otra panadería en Pontevedra, estuvieron unos años y nosotros seguimos nuestro camino», aclara. Ese camino se ha ido ensanchando desde la carretera general a la vía rápida pasando por la AP-9 en dirección norte y sur.
Con su flotilla de furgonetas, Cal Barral cubre O Morrazo y surte además a un gran número de panaderías del centro de Vigo y sus parroquias, Pontevedra ciudad y se extiende a toda provincia, «y también a establecimientos de hostelería muy conocidos, como La Aldeana, De Tapa en Cepa o El Soriano», indica por mencionar algunos. «Eso en cuanto al día a día, pero además hacemos entregas puntuales en la frontera con Monçao, Ponteareas, Santiago, Sanxenxo...». Y la expansión llega también a Altamar, ya que suministran a barcos. «A casi todos los que están ahora atracados en el puerto de Vigo les estamos llevando el pan para las mareas», cuenta Alfonso.
Lo que no tienen todavía, aunque está en estudio abrir en el futuro uno en Vigo, es un despacho propio, un espacio que aparte me sirva de punto de distribución de todo el mercado que tenemos por la zona, de forma que quien esté repartiendo por allí, si lo necesita, no tenga que venir al Morrazo y volver a la ciudad con toda la mercancía», explica sobre lo que sería un nuevo apoyo estratégico.
El local de Vilariño es el único propio. Allí está su obrador y su centro de operaciones. El incremento de clientela les ha llevado a intensificar la producción pero sin perder las riendas: «Seguimos elaborando a la vieja usanza en una producción bastante alta pero natural, donde se forma a mano, se pesa a mano y se trabaja con una cepa de masa madre que ya tiene años, refrescándola a diario y amasando a diario con reposos de 24 horas. O sea, se hace pan como antiguamente. Al final es una cuestión de espacio, de personal, y de inversión», argumenta.
El espacio, según reconoce, hace tiempo que se les está quedando justo. «Es que si amasas una cantidad importante de kilos de de un día para otro en un reposo largo, necesitas dónde tenerlo en su temperatura idónea para levantar esa masa y formar el pan». Sobre sus productos, de la parte dulce, Alfonso destaca su famosa empanada de manzana que está hecha con masa de hojaldre, y los roscones. De la panadería, el pan de levadura natural. Y en los últimos tiempos añadiría uno que se puso un poco de moda en las bocaterías gourmet, que es el bollo de brioche, que también es un punto de referencia. A partir de ahí, el mundo de referencias es enorme y abarca también el universo de la empanada (chocos, zamburiña, carne, etcétera). Gran historia y años tiene su cepa actual de masa madre, creada a partir del centeno integral ecológico: «Se deja de un día para otro, la vuelves a alimentar y llega un momento que dobla su tamaño, ese proceso de ir generando la cepa me llevó, tranquilamente, seis días. Tuve una anterior, pero el panadero se olvidó de apartar un cachito para seguir doblando», cuenta con humor.
Desde 1938
Dónde está
Rúa David Cal, 3, Vilarino (Cangas de O Morrazo)