Las chuches de melatonina que la compañía oferta en todos sus vuelos se elaboran en la primera planta de golosinas de Galicia, que está en Nigrán
12 ene 2025 . Actualizado a las 00:24 h.En el polígono de Porto do Molle, en Nigrán, los sueños no solo se fabrican, también vuelan. Hace seis meses, Mercedes Toscano y Jorge Núñez inauguraron la primera fábrica de gominolas gallegas, Minimelis. Lo que empezó como una apuesta por las golosinas funcionales y saludables, hoy se consolida como una historia de éxito empresarial que despega, literalmente, con Iberia. Desde este enero, las gominolas de melatonina de Minimelis forman parte del catálogo de a bordo de la aerolínea, llevando el sueño de esta pareja a surcar los cielos.
La idea de estas gominolas estrella nació en las alturas, en uno de los muchos vuelos que la pareja tomaba cuando vivía en Chile. Mercedes recuerda cómo, en un trayecto de 13 horas con sus tres hijas pequeñas, propuso a su marido: «¿Te imaginas una gominola que ayude a dormir en el avión? Algo que relaje tanto a los niños como a los adultos, que permita disfrutar el viaje sin el estrés de lloros o incomodidades?». La respuesta de Jorge fue clara: «En el mundo hay muchos vuelos…».
Aquella reflexión fue el germen de un proyecto que hoy convierte en realidad ese sueño de cielos más tranquilos. Las gominolas de melatonina de Minimelis son «una solución natural para conciliar el sueño en los viajes, aptas para niños a partir de tres años y sin azúcares ni alérgenos». Con forma de estrella, «simbolizan ese sueño que ha cobrado forma dulce y ligera, haciendo más agradables los vuelos tanto para las familias como para el resto de pasajeros», apunta Mercedes. La incorporación al catálogo de Iberia es solo el principio. Mercedes avanza que también están negociando con una compañía aérea de Panamá. «Es una satisfacción doble: somos la primera marca de gominolas sin azúcar de España en estar en una aerolínea, y lo hacemos con nuestro propio packaging», añade.
Minimelis no solo ha conquistado los cielos, también el mercado. En apenas seis meses, la empresa ha pasado de producir 10 toneladas de gominolas al mes a 18, duplicando su plantilla de siete a 16 empleados. Mercedes Toscano destaca con orgullo que la mayoría del equipo —once trabajadoras— son mujeres y todos los empleados del entorno. Este crecimiento exponencial refleja la gran acogida que han tenido sus productos, tanto en Galicia como más allá de sus fronteras.
«Empezamos el 2025 con la misma ilusión que el 2024, pero con menos incertidumbre», comenta Mercedes. El año pasado aún estaban ultimando la puesta en marcha de la fábrica. Ahora, Minimelis es un proyecto consolidado que distribuye gominolas a toda España y Portugal.
Las gominolas de Minimelis no son solo dulces sino «un producto funcional diseñado para mejorar la calidad de vida». Además de las gominolas de melatonina, la fábrica elabora variedades como las multivitamínicas, las de belleza o las de omega 3, todas sin azúcar y aptas para veganos.
Otro de los hitos de Mininolas ha sido sellar una alianza estratégica con Ingredalia, una empresa líder en ingredientes funcionales y naturales con la que han lanzado una gominola de brócoli con efectos antiinflamatorios, desarrollada por el doctor Ángel Curbero. «Esta alianza estratégica nos permite consolidarnos en el campo de la innovación enfocada en la salud preventiva», explica Mercedes.
La vocación social también es parte esencial del proyecto. Minimelis trabaja con asociaciones como Anedia, que apoya a niños y jóvenes con diabetes en Galicia. Su objetivo es desarrollar productos que estos chicos puedan consumir de forma segura y placentera. Además, la empresa sigue colaborando con fundaciones y centros especiales de empleo para garantizar un impacto positivo en su comunidad.
En palabras de Mercedes Toscano, «Minimelis no es solo una fábrica de gominolas; es un proyecto de vida, pionero y enfocado en la salud y la felicidad».
Lo que empezó como un sueño familiar en un vuelo trasatlántico, hoy se alza como un referente en el mercado de las golosinas funcionales. Desde Nigrán, estas estrellas dulces siguen creciendo, llevando con ellas el sabor de Galicia a nuevos horizontes.