Las unidades policiales contra el narcotráfico en Galicia: «No investigamos toda la información que recibimos por falta de personal»

VIGO

El Ministerio del Interior no refuerza los equipos, como prometió hace más de un año, pese al incremento de alijos y organizaciones extranjeras asentadas en la comunidad
23 ene 2025 . Actualizado a las 21:33 h.La aprehensiones de droga se suceden en el puerto de Vigo y en todas las Rías Baixas. Solo en diciembre y las tres semanas transcurridas de enero, se decomisaron 4.617 kilos de cocaína en Galicia o a gallegos fuera de su tierra. El negocio se expande desde al menos un lustro al mismo ritmo que en el resto del mundo. Galicia no es una excepción. Al contrario: organizaciones extranjeras se suman a las oriundas para traficar por las costas y los puertos. Las unidades policiales saben que se requisa una mínima parte de lo que llega al mercado.
Las mismas unidades policiales, conscientes de la magnitud del problema, reclaman no solo más agentes y medios técnicos para equiparar su particular pulso con el narco; sino también un plan especial a modo de respuesta que dimensione el problema principal y sus derivadas: salud pública, blanqueo de dinero y violencia. Pero el Ministerio del Interior hace caso omiso a los requerimientos, también de agentes sociales y otras administraciones en la comunidad.
El invierno de hace dos años fue especialmente intenso en este campo en Galicia. Se desmontó un laboratorio de cocaína en Cotobade gestionado por colombianos y mexicanos, las narcolanchas decomisadas se contaron a pares y apareció el segundo narcosubmarino de la historia en Europa en Galicia, como ya ocurriera con el primero. Las peticiones de más refuerzos se intensificaron. La Voz preguntó si había alguna novedad en cartera, y la reacción del ministerio dirigido por el magistrado en excedencia de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska fue aportar datos genéricos a nivel nacional de inversión y nuevas plazas en la Policía Nacional y la Guardia Civil, pero ni una palabra de las demandas concretas sobre Galicia.

Aquella respuesta se publicó conforme se remitió desde el ministerio. El mismo día de la publicación, el Ministerio del Interior rectificó y aseguró que en el 2024 aumentarían un 5 % las plantillas de las unidades policiales especializadas. Hoy, ya en el 2025, aquel anuncio en segunda instancia no se ha cumplido.
Esta semana, La Voz volvió a preguntar a Interior si tiene algún plan concreto para Galicia ante la evidencia de la actividad del narco no deja de crecer, como prueban los últimos operativos. La respuesta, en esta ocasión, ha sido guardar silencio.
El mismo problema que tiene el ámbito policial es aplicable al judicial. Sigue sin haber, por ejemplo, más juzgados que desatasquen a los actuales. Al final, mejorar ambos frentes, implica más inversión de gasto público. Pero ni llega ni se le espera.
La paradoja del escenario actual surge tras cada aprehensión. El representante del Gobierno central aplaude públicamente cada operación antidroga de éxito, a través de su subdelegado en la provincia, Abel Losada.
Al mismo tiempo, el Gobierno central lleva años obviando la necesidad de gastar más para, al menos, empatar la cruzada contra el narco. La dejadez en esta materia afecta igualmente a otros eslabones de esta guerra: los funcionarios del laboratorio que analiza la droga incautada en las provincias de Pontevedra y Ourense se plantaron el año pasado por el abandono y la falta de personas para no trabajar en precariedad.
El diagnóstico de la enfermedad que sufren principalmente las Rías Baixas es claro. El modelo policial que existe actualmente está formado por las mismas unidades que hace 20 años, tanto en la Guardia Civil como en la Policía Nacional. Hay una frase muy extendida entre las propias unidades policiales especializadas: «No se puede atender toda la información que recibimos [de organizaciones de traficantes] por falta de personal». En otras palabras, si hubiera más agentes, se podría investigar a más objetivos. El malestar entre las unidades puede tornar en desánimo por frustración. A mayores, la corrupción que aviva el negocio; porque no hay crimen organizado en la historia que sobreviviese sin corrupción.
Habla la sociedad civil
La Fundación Galega contra el Narcotráfico abre un debate amparado en la sucesión de operativos policiales e incautaciones. De trascender lo que realmente se llega a descargar, tal vez el Gobierno central abriría los ojos. Lo expuso el gerente de la entidad, Fernando Alonso, en una tribuna publicada en La Voz de Galicia el 27 de diciembre.
Urgía al Ejecutivo a que considerase el «crimen organizado como un problema de seguridad nacional al que otorgar la máxima prioridad». La sucesión de peticiones sigue cayendo en saco roto. También las de sindicatos y asociaciones de policías y guardia civiles. Reclaman igualmente más medios, acordes al problema actual.