El Gobierno resta importancia a los 23 incidentes con animales registrados en el aeropuerto de Vigo

VIGO

Considera insignificantes los impactos con aves o la entrada de especies terrestres en Peinador
07 mar 2025 . Actualizado a las 00:39 h.El Gobierno central considera que el volumen de incidentes causados por animales en el tráfico aéreo del aeropuerto de Vigo no es significativo, pese a haberse registrado hasta 23 casos entre febrero y junio del año pasado. Los impactos contra aeronaves de aves y murciélagos contabilizados durante ese período, o la incursión de otros ejemplares en la pista, incluidas especies terrestres, no conllevan para el Ejecutivo central la necesidad de incrementar los controles o aumentar el presupuesto destinado por Aena para dicho servicio.
«Tras los resultados del seguimiento por la afección de fauna obtenidos en el último estudio anual de riesgos del aeropuerto de Vigo, no se muestran valores significativos de incidentes por presencia de fauna», señala el Gobierno en respuesta a una iniciativa formulada por el BNG en el Congreso de los Diputados sobre el servicio de control de animales en Peinador.
La pregunta presentada por el diputado nacionalista Néstor Rego fue presentada tras quedar desierto en tres ocasiones el concurso para cubrir el servicio de control de fauna, «considerado como crítico y de alta prioridad para la seguridad aeroportuaria». La representación empresarial de dicho sector llegó a asegurar que el escaso importe del concurso espantó la formulación de ofertas, haciendo necesario prorrogar el contrato al actual prestador a partir del próximo abril por un nuevo período de seis meses y otros tantos para un nuevo margen de tiempo extra hasta que se convoque un cuarto concurso.
La iniciativa del BNG se hizo eco del número de incidentes ocurridos en el aeropuerto de Vigo que fueron descritos en la documentación manejada para acometer el año pasado las obras de reforma de la pista del aeródromo vigués. Como informó entonces La Voz, en ocho oportunidades fueron certificados impactos de aves y murciélagos contra aviones dentro del recinto aeroportuario, y hasta en nueve circunstancias saltaron también las alarmas por la presencia de fauna aérea en la zona de vuelo e inmediaciones, y en cuatro más pequeños animales irrumpieron en el lado aire de Peinador, aprovechando roturas en su vallado, que se llegaron a vincular al robo de parte de su cierre.
El Ejecutivo central niega que los concursos impulsados para cubrir el servicio de control de fauna no hayan experimentado incrementos en su importe, añadiendo que han pasado de 48.500 a 130.000 euros anuales desde el 2016. «El presupuesto asignado a este servicio se considera suficiente para cubrir las necesidades existentes», argumenta el Gobierno en su larga respuesta al BNG. Dicha afirmación es rechazada de plano desde la representación empresarial del sector, que alude a una baja cobertura económica para cumplir con los requisitos impuestos por Aena. Tras elevar tanto en los aeropuertos de A Coruña como en el de Santiago el precio de sus contratos, para Vigo estiman que debería crecer hasta los 200.000 euros para atender nuevas exigencias al prestador del servicio, como la adquisición de dos vehículos todoterreno, nuevas pistolas lanza bengalas, dispositivos láser de largo alcance, ampliación del tiempo de control desde media hora antes de la salida del sol, la disponibilidad del coordinador de los efectivos a un margen de desplazamiento del aeropuerto máximo de 15 minutos y el pago de más que el salario mínimo a los empleados a los que se requiere una notable especialización. Además, los requisitos que debe de atender el nuevo prestador contempla la sustitución de los actuales halcones peregrinos, utilizados en los aeropuertos gallegos, por otros de especies acre y gerifalte, lo que incrementaría el encarecimiento de medios, según el empresariado del sector.
El Ejecutivo obvia los nuevos requisitos recogidos en los pliegos del concurso de Vigo y mantiene que se han requerido las mismas destrezas, habilidades y recursos anteriores. «No se ha producido un cambio sustancial desde el 2016», concluye, mientras el sector empresarial certifica que sí se han modificado las condiciones notablemente, encareciéndose incluso el tipo de dispositivos y los programas de geolocalización que deben de llevar los halcones.