Fallece José Piñeiro Bernárdez, el emigrante retornado que luchó por los mayores de Galicia

La Voz VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

«Saber envejecer es lo más difícil que hay en la vida», aseguraba el presidente de Cogama. Iba para cura, pero le pudo más la vida terrenal

12 abr 2025 . Actualizado a las 01:11 h.

Reconocía José Piñeiro Bernárdez (Moaña, 1927), en una entrevista publicada por La Voz hace tres años, que el secreto para enfilar el siglo de vida era «no parar, hacer cosas, moverse, porque las piernas son el mejor motor que hay». Y casi lo consigue: el empresario falleció el lunes a los 98 años. En realidad, esa máxima la llevó a rajatabla desde su adolescencia, en una casa en la que eran quince hermanos y el mar, centro de todo y que golpeaba la puerta cuando estaba bravo. Estuvo a punto de encaminar su vida hacia el sacerdocio (pasó por el Seminario en Santiago), pero reconocía que le pudo más la vida terrenal. «Quería ser santo, pero pasé la juventud escapando de maridos por los balcones», aseguraba sin sonrojarse.

Piñeiro fue telefonista en su Moaña natal, donde su padre llegó a ser alcalde, trabajó en el puerto, en el Ayuntamiento, en los juzgados y en la oficina de racionamiento, todo seguido hasta que tomó la estela de un tío y decidió embarcarse para conocer Uruguay. Se fue para un año y estuvo 43. Se presentó a unas pruebas de la Ford en Montevideo, quedó de primero y entró.

Su éxito en las Américas le llevó a dedicarse a reflotar empresas arruinadas y después pudo retornar para establecerse ya en Vigo como representante de cotizadas marcas de automóviles (Volkswagen fue una de ellas). Pero de una de las cosas que José se mostraba más orgulloso era de haber asumido la presidencia de la Confederación Gallega de Organizaciones de Mayores (Cogama). Desde esa tribuna espoleaba a los pensionistas para que no se rindieran ni bajasen los brazos. «Saber envejecer es lo más difícil que hay en la vida. Ayudo en eso, en acompañar a mucha gente en ese proceso y en hacer propuestas para los mayores a los políticos», contaba. Y luchaba por mejores pensiones: en el 2018 decía de sí mismo que si tuviese que vivir de los 700 euros que cobraba, sin echar mano de los ahorros de toda una vida, «iba aviado». Eso sí, en sus discursos soltaba frases lapidarias en las que advertía que no todo debía centrarse en eso: «Hay mucha gente pobre que lo único que tiene es dinero».

Esa labor al frente de la confederación de mayores le valió el reconocimiento de la Xunta de Galicia. El pasado año, la conselleira de Política Social e Xuventude, Fabiola García, participó en un homenaje a José Piñeiro Bernárdez, como presidente de honra de la Asociación de Persoas Maiores, Xubilados e Pensionistas (Asogapem). El Gobierno gallego destacó su trabajo y compromiso al frente del colectivo que representaba.

La Federación Vecinal de Vigo también quiso tener un sentido recuerdo a su figura: «Foi un bo exemplo de como se debe envellecer aportando a sociedade o seu coñecemento, sensatez, sabedoría e saber estar transmitindo que aínda que un chegue á vellez, non debe quedar ancorado na pasividade do fogar».