El narco de Málaga que quiso reinar en el puerto de Vigo suma dos años huido

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO

Damián Rodríguez Utrera, en una foto del atestado policial que lo sitúa organizando la entrada por Vigo de 650 kilos de cocaína.
Damián Rodríguez Utrera, en una foto del atestado policial que lo sitúa organizando la entrada por Vigo de 650 kilos de cocaína.

Damián Rodríguez Utrera se fugó por 650 kilos de cocaína requisados en el puerto; la instrucción judicial del caso ya finalizó y todo indica que el malagueño no comparecerá en el juicio que lo sitúa al frente de la trama

23 abr 2025 . Actualizado a las 00:59 h.

Damián Rodríguez Utrera puso sus ojos en el 2022 en el puerto de Vigo al verse asediado en el que hasta entonces era su puerto de referencia, Algeciras. No dudó en convertir el mayor puerto de la ría de Vigo en su nueva puerta giratoria de contenedores preñados de cocaína. Envió a Vigo a una célula de su organización para negociar la forma de introducir la droga por el muelle de Guixar y retirarla sin llamar la atención. Permanecieron en Vigo durante meses organizando todo lo necesario. Mientras, Utrera se movía con impunidad por su Málaga natal, y el sur de Andalucía en general, hasta la primavera del 2023. Un alijo de 650 kilos de cocaína remitido al Puerto de Vigo a su nombre desde Sudamérica, camuflado entre bananas dentro de un contenedor, cambió su vida.

La mercancía fue decomisada en una nave industrial del perímetro de Vigo y siete integrantes de su organización fueron detenidos. Damián no, por algún motivo supo que sería el octavo arrestado y logró desaparecer sin dejar huella el 25 de abril. Se esfumó y desde entonces resulta un objetivo prioritario dar con su paradero, aunque él sigue fugado y las informaciones policiales sobre su día a día lo sitúan subido a la cresta del negocio sin que influyera o mermara la actividad su condición de fugado. Ya el procedimiento judicial por el alijo de Vigo está finalizado, pendiente de que la Fiscalía Antidroga en Pontevedra finalice su escrito de calificación para ir a juicio. La tesis incriminatoria se mantiene con Utrera ejerciendo de cabecilla de aquella trama, que será juzgada por la Audiencia provincial sin que el malagueño comparezca.

Damián Rodríguez siguió manejando los hilos de su imperio de importación a granel de cocaína colombiana en contenedores desde la clandestinidad. Un mes después de fugarse por el alijo de Vigo, en mayo, en el puerto de Algeciras, su recinto predilecto de trabajo, la Guardia Civil sacó de circulación otros 2.386 kilos de cocaína remitidos a su nombre desde Colombia. A mayores, se le imputan otros dos portes requisados en el país sudamericano antes de zarpar con destino a España: 1.300 kilos el pasado marzo dentro de un contenedor que hacía escala en Algeciras y tenía de nuevo su destino final en Vigo; y 3.000 kilos más en diciembre del 2022. Las cuatro aprehensiones suman 7.336 kilos de cocaína, valorados en 162 millones de euros, y sitúan a Rodríguez Utrera como uno de los grandes especialista en traficar con contenedores en España.

Coincidencias

Las dos investigaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional coinciden en muchas aristas que retratan la forma de actuar de Damián Rodríguez Utrera y su nutrida banda. El uso de la aplicación Telegram para comunicarse, por ejemplo, es una de ellas, o su devoción a trabajar únicamente con contenedores de bananas para traficar. En Algeciras y Málaga nadie le tose, y todos le protegen. Tiene colaboradores en los recintos portuarios, empresas de transporte aliadas y lo más importante: línea directa con los proveedores colombianos. La relación de confianza es tan estrecha que, a ojos de la UCO de la Guardia Civil, Utrera es enlace en España del clan del Golfo en Urabá, Colombia. Una distinción que le sitúa más como un mayorista de alijos de cocaína que como un narco que se la juega con uno o dos envíos al año.

Utrera era como un fantasma hasta el año 2021. Su nombre sonaba con fuerza desde hacía tiempo, pero sin que nadie pudiera echarle el guante. En parte, por lo complejo que resulta acceder a su círculo próximo en la barriada que lo protege. Pero la UCO le dio caza en el 2021. Pasó un tiempo en prisión provisional y regresó a la calle. En el 2023 ya tenía manchada las manos otra vez de fariña. Por eso, Utrera, sabiéndose vigilado en el sur, su zona de confort, quiso ampliar horizontes hasta poner sus ojos en el puerto de Vigo. Pretendía hacer de Guixar su nuevo coladero de alijos camuflados en contenedores procedentes de Sudamérica.