Señoras que pintan lo que les da la gana

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

La artista viguesa Emma Romero retrata en su primera muestra individual, «As vellas si deben namorarse», a mujeres a las que ni la edad ni la crítica social frena sus ganas de disfrutar de la vida

22 may 2025 . Actualizado a las 00:58 h.

Si bucea en su memoria, Emma Romero (Vigo, 1990) se recuerda a sí misma pintando desde siempre. La falta de confianza en el entorno social que suele flotar alrededor de quien se empeña en convertir lo que más le gusta en su profesión, si esta es voluble, fue el único escollo que la apartó de los pinceles. Eso inclinó la balanza hacia alguna carrera con más futuro y menos precariedad laboral. Saltó del bachillerato de ciencias y eligió Márketing y Publicidad que estudió en el campus de Pontevedra en la Universidad de Vigo porque pensó que quizás en ese ámbito tendrá la posibilidad de aplicarse en un entorno creativo, pero como señala ahora, «he conocido empleos tan precarios en el sector de las ventas como para hacerle la competencia al del arte», asegura la joven que completó sus estudios con un máster en comunicación e industrias creativas.

De formación autodidacta en cuanto a los pinceles, su paso por la Escola Municipal de Artes e Oficios de Vigo (EMAO), donde hizo la especialidad de pintura, fue un paso importante hacia el momento actual. Emma decidió hace tan solo unos meses dejar su trabajo para probar y probarse a sí misma si es posible ganarse la vida con aquello que no puede dejar de hacer, que es pintar. «A pesar de que tenía otros empleos, me las apañaba de una u otra manera para sacar tiempo», explica. La autora viguesa ha participado en numerosas muestras colectivas y se acaba de estrenar con su primera individual que tras pasar por Moaña, se puede ver hasta el 6 de junio en el espacio cultural y social A Morada (calle Enrique X. Macías, 6).

La muestra con el título As vellas si deben namorarse, que juega con el de la obra de teatro de Castelao, aborda un tema muy actual, el edadismo como una causa más para sumar a las múltiples discriminaciones de la mujer y que el hombre no sufre de igual manera por asuntos como no teñirse el pelo, pasar horas en el bar con los amigos o salirse del guion de lo que se espera por su edad. Romero refleja mujeres cuyas poses revelan que les resbalan frases como «qué pintas lleva», «usted aquí que pinta» o «esa tiene pinta de que está loca».

En los lienzos, con técnica de acuarela y sobre papel de algodón, aparecen mujeres que usan ropa interior «inadecuada», que se juntan y se ríen a carcajadas mientras toman unas cervezas, que se pasean por la playa aunque su tipo no sea el normativo, o que bailan con naturalidad.

Ayer, que Emma cumplía 35 años, estaba allí, rodeada de esas señoras libres y sin complejos, entre ellas, su abuela, Julia Loureiro, en cuatricomía como en un cuadro de Warhol, con su bata, que es más pop que una lata de sopa de tomate. Su abuela es un ejemplo, pero reconoce que son muchas las mujeres en las que se inspira. «Algunas las conozco, otras solo las veo pasar, otras son un Frankenstein de varios personajes que junto en uno», cuenta.

También hay hombres mayores en sus obras, como los que matan el tiempo mirando obras, en concreto, las de la estación de tren y el centro comercial Vialia desde el mirador de Vía Norte.

Un texto de su autoría resume el sentido de la muestra con la que inaugura etapa. «Cando unha vella vive a súa liberdade, desafía todas as regras. Nunha sociedade de aparencias e excluínte, ser muller e maior convértese en algo revolucionario, case provocador. E non se precisa moito para saír da norma e do contexto hostil conforme pasan os anos, máis aínda se es muller», escribe. «Pero a estas musas non lles preocupan os filtros nin as opinións. Viven a súa liberdade, tantas veces negada e cuestionada. Este é un pequeno recoñecemento a esas vellas que, con cada acción cotiá, reclaman o seu dereito a ser e a pertencer. Situacións do día a día que os nosos prexuízos transforman en poderosas afirmacións de liberdade e rebeldía. Porque a vida non é un privilexio da xuventude e a idade non é sinónimo de resignación. As vellas rin, xogan, lideran, bailan e namóranse. Ou quen decide a que idade hai que deixar de vivir?», se pregunta Emma, que reconoce que «desde niña me identifico un montón con mujeres con esa libertad en una sociedad que te condena si no cuadras con lo que se espera que seamos».

Retratos de familia y mascotas por encargo

Además de desarrollar sus proyectos propios, Emma Romero realiza obras por encargo a través de su cuenta en Instagram o en su web. «Me piden, sobre todo, retratos de familia, algunos para eventos como bodas, y también hago muchos retratos de mascotas», cuenta la artista que además, imparte talleres en diferentes escuelas cuando surge la oportunidad. El éxito de la serie de «As vellas si deben namorarse», que nació hace 8 años con la imagen de la mujer en la playa, la llevó a hacer impresiones en alta calidad para la venta al público. Ahora prepara nueva exposición, más grande en cuanto a formato.