Maruxa Álvarez: «Buscar empleo es como ligar, hay que seleccionar y diferenciarte del resto»

VIGO

La profesora de Biología orienta a los universitarios a la hora de buscar su primer trabajo y les anima a emprender. «Para saber qué les gusta, les digo que piensen en su infancia»
03 jun 2025 . Actualizado a las 01:56 h.La decisión más trascendental de su vida podría no serlo. Los estudios o la carrera universitaria solo son un punto de partida, no la meta. Ese es el mensaje que Maruxa Álvarez traslada a los miles de estudiantes que asesora como directora del Área de Empleo y Emprendimiento de la Universidad de Vigo. Ella estudió Biología, quería ser forense, y sigue dando clase en Vigo con los microscopios, pero cada vez va dedicando más tiempo a una pasión que ha descubierto hace 11 años, enseñar a emprender. Porque a emprender, se aprende, y a buscar trabajo, también.
Tras años enlazando el mundo universitario con el laboral, recomienda a los jóvenes que, a la hora de buscar su primer trabajo, elijan dónde quieren estar y piensen qué pueden aportar. «En una discoteca no te pones a ligar con todos, pues tampoco cuando buscas empleo. Tienes que seleccionar aquella empresa en la que, con tus capacidades, puedes resolver su necesidad e intentarlo ahí». A la hora de hacer el currículo, asegura que lo más importante es el párrafo inicial en el que el interesado explica qué valores puede aportar a la organización, qué le define e identifica. «La diferenciación es la clave de un buen currículo y que se alinee con los valores de la empresa. Decidir si tiene que ser moderno o tradicional, o incluir, por ejemplo, la letra con el color del logo de la firma». Nunca está de más demostrar implicación, explica.
Conoce bien las necesidades de los departamentos de Recursos Humanos. «A medida que avanza la inteligencia artificial, las empresas demandan más inteligencia natural. Te dicen: ‘Quiero buenas personas, con competencias reales desarrolladas, que sepan estar, que sepan trabajar en equipo’. Al final, las empresas quieren lo mismo que quieres en tu círculo de amistades, no tanto un currículo brillante. Las competencias técnicas son importantes, pero ponderan lo mismo, o más, las competencias personales». Y ahí asegura que hay que trabajar en la salud mental de los universitarios. «Tienen una imagen muy distorsionada de sí mismos por lo que el entorno les dice que tienen que ser. Se conocen poco y se quieren poco», reflexiona. El autoconocimiento es siempre el punto de partida en el mundo laboral. Y atreverse, probar y tener iniciativa. «Tenemos que crear mentes inquietas», reivindica.
Hoy, muchos universitarios quieren ser funcionarios. Se ve en los cursos que imparten en su departamento. Las jornadas de captación de talento para funcionariado europeo se llenan enseguida, no ocurre lo mismo con los programas de emprendimiento. «Tenemos que ir pescando para llegar a 12 o 15 personas. Hay mucho desconocimiento de lo que es emprender, parece que es montar un negocio, sufrir, no tener dinero, pero no, es emocionante y eso no se ha sabido trasladar. No solo es negocio».
Se define como funcionaria sobre el papel, por su labor docente en la universidad, pero emprendedora de corazón. «Emprender es iniciar proyectos. A mí me encantan las ideas locas. A veces funcionan y, a veces, no, pero en ciencia se aprende mucho de lo que no sale como esperamos. No pasa nada, vamos a intentarlo de otra forma». El cambio tiene que producirse en el entorno educativo, explica, donde hay que crear espacios «para que los niños prueben y experimenten sin miedo a fallar». Y anima a los universitarios a explorar sus propias capacidades. «A veces para saber qué nos gusta podemos recurrir a los sueños de la infancia. Pensar en a qué jugabas cuando nadie te juzgaba».
Coleccionista de huesos
Lo suyo son los huesos. De niña, recolectaba restos óseos de animales por los encinares salmantinos cercanos a la casa de su abuela. Después, los analizaba, archivaba y custodiaba en casa. Quería ser forense, pero no consiguió entrar en Medicina y acabó estudiando Biología. Se pasó la carrera recogiendo cadáveres de fauna en sus ratos libres y preparándolos. Algunos de ellos procedían del antiguo zoo de Vigo, lo que le permitió estudiar el cráneo de especies como tigres, pero también vacas, conejos o serpientes que llegaban a sus manos. Muchas de esas piezas siguen formando parte del laboratorio de huesos de la facultad de Vigo donde da clase.
Álvarez es experta en ecosistemas fluviales, asunto al que dedicó su tesis y sigue asistiendo a alumnos con proyectos relacionados. Diseñó programas pioneros, como un posgrado en emprendimiento e innovación en el Mar, Icemar, y coordina el título universitario Emau, en colaboración con Down Vigo y Ourense, para personas con diversidad funcional. Además, en unos días formará parte de una de las comisiones delegadas en las pruebas de acceso a la universidad. «Mientras mucha gente defiende la importancia de saber decir que no, yo me he especializado en decir que sí».
Su canción favorita
«Color Esperanza», de Coti. «Usé esta canción como banda sonora de un programa de formación en la universidad. Cada semana les ponía una estrofa. ‘Querer que se pueda’, ‘quitarse los miedos’ son mensajes que hay que lanzarle a los jóvenes: No solo es alcanzar el sol sino brillar y hacer el camino».