
El Cetmar concluye un proyecto de tres años en Namaacha con dos pequeñas embarcaciones de madera y un estanque para la acuicultura
01 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La población del modesto distrito de Namaacha, en la provincia de Maputo, en el sur de Mozambique, acaba de incorporar a su flota artesanal dos sencillas embarcaciones construidas en contrachapado con las que aspiran a reforzar su capacidad pesquera. Las han construido un grupo de diez jóvenes con sus propias manos y, de hecho, «han participado mujeres, que es algo increíble en este país», explica Guadalupe Martín, coordinadora de cooperación internacional en el Centro Tecnológico del Mar, el Cetmar vigués. Junto a otros cuatro gallegos, la responsable lleva tres años trabajando en esta geografía africana, una de las más pobres de todo el continente, en el marco del proyecto Pe1xan. Su misión es fortalecer, junto a su población, las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura y a trasladar los beneficios de incorporar la proteína marina en la dieta.
El Cetmar elaboró una hoja de ruta en el 2022 para irrumpir en la región sur de Mozambique a través de un proyecto escalable y con permanencia a lo largo del tiempo. En Namaacha, la población acostumbra a recorrer el río Umbeluzi en embarcaciones de latón, «muy rudimentarias», y sencillamente empleaban cañas de bambú o pequeños troncos a modo de remos. Por eso, mejorar las condiciones en que acceden a los recursos pesqueros se estableció como una prioridad en el programa Pe1xan, que ha impactado de manera directa sobre 1.200 mozambiqueños. Instruidos por Santiago Cancelas, jóvenes de Maputo han fabricado dos especie de gamelas de madera con dos remos cada una y aprendido a tejer redes y nasas.

«Cuando hablamos de pesca en estos países hablamos de la industria más artesanal que existe. En cierto modo, ha sido un sector invisibilizado y al que no le han dado la importancia que tiene a pesar de ser la fuente de alimento de la población», analiza Guadalupe Martín. El Cetmar ha trabajado codo con codo en una mesa de diálogo con asociaciones de pescadores locales, además de las administraciones y formado a técnicos de las cofradías para que a partir de ahora sean ellos los que enderecen el rumbo del sector en la región.
Un pescado resistente
Otro desarrollo que ha impulsado el experto en acuicultura, José María Martínez, es la creación de un estanque en el entorno del río Umbeluzi para la cría de especies. «Fundamentalmente, están trabajando la tilapia originaria de Mozambique, por tratarse de un pescado resistente a condiciones extremas de temperatura y de baja salinidad», indica la responsables de los proyectos internacionales del Cetmar. Con una esperanza de vida de diez años y un tallaje de unos 35 centímetros, se trata de una de las especies más cultivadas en países en vías de desarrollo y en el marco del programa Peixan han planteado un embalse cuyo excedente de agua pueda emplearse «para regar sus huertas y fomentar la economía circular».

El cultivo de la tilapia también ha servido a los técnicos en la provincia de Maputo para abordar con el tejido empresarial «el desarrollo de metodología y nuevas tecnologías de procesado, como el secado», explica. Rita Pesqueira de Ardora, experta en procesado de productos pesqueros, instruyó a las agrupaciones formas para aportar valor añadido a sus productos, diferenciarse y sacar provecho de aquello que cultivan.
En paralelo, a lo largo de estos 36 meses, el equipo del Cetmar desplazado hasta el sur de África ha realizado misiones formativas «fundamentalmente con mujeres y jóvenes» para enseñarles los beneficios saludables de ingerir productos del mar y revelado curiosidades como que cociesen espinas y cabeza por tratarse de un gran aporte de nutrientes.