
Señala a un empresario, a un hombre de Rumanía que haría de testaferro al figurar a su nombre la maquinaria y al presidente de los comuneros de Cabral
26 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Las obras con maquinaria pesada realizadas en noviembre del 2023 en el cauce del río Lagares serían constitutivas de los delitos contra el medio ambiente y ordenación del territorio. Lo concluye el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo en un auto que implica el final de la instrucción, y que deja en manos de la Fiscalía plantear la acusación contra los tres investigados en la causa: Juan Marcos Álvarez, Ionel Cristi Maradin y Luis Rodríguez. El primero sería «el titular de facto de la maquinaria con la que se han ejecutado [las obras] bajo el nombre comercial de Calme Construcción y Servicios; el segundo, «el testaferro de Juan Marcos Álvarez, dirigiendo las obras bajo el nombre comercial de Calme Construcción y Servicios»; y el tercero, porque «solicitó la autorización de obras en zona de dominio público hidráulico y ordenó la ejecución de las obras sin disponer de esa autorización».
La finalidad de los trabajos iniciados era dotar de más terreno al campo de golf del Real Aeroclub tras la pérdida de tres hoyos a causa de la ampliación de la pista del aeropuerto en marzo del 2023. Aquel terreno se perdió por una expropiación en beneficio de Aena. El Aeroclub y los comuneros acordaron dotar de nuevo suelo al campo de golf, por eso se solicitaron permisos a las diferentes administraciones implicadas para comenzar la actuación. El auto judicial expone, tras realizar «cuantas diligencias se estimaron», que los trabajos no contaron los permisos en ningún momento, y que pese a ello se iniciaron y continuaron hasta que fueron cancelados por el Seprona de la Guardia Civil.
«El 13 de octubre de 2023 se realizaban obras en el cauce el río Lagares, aguas arriba de la laguna artificial existente en las instalaciones del Real Aeroclub, en una zona arbolada con vegetación exuberante, en parte pantanosa y con distintos meandros que van conformando el río en sus inicios», expone al auto, que añade que en esa fecha una pala excavadora, con el rótulo de la entidad Calme, y varios operarios «realizaban una zanja en el cauce de un metro y medio de anchura, sacando tierra que depositaban en los laterales de la zanja obstaculizando los distintos cursos de agua que se incorporan la río, desecando de esta forma el humedal existente, todo ello sin barrera alguna para impedir la turbidez provocada por esa excavación en las aguas del rio».
La resolución añade que se «talaron una gran cantidad de árboles sanos, de diferentes especies, principalmente alnus glutinosa, y de diferente grosor y altura, habiendo dejado los correspondientes tocones a ambos lados de la zanja que se realizaba en el cauce. Varios de los troncos de dichos árboles se encontraban apilados y otros más pequeños estaban depositados sobre pequeños regatos que discurrían por la zona y que aportaban agua para la formación del cauce natural del rio, obstaculizando de esta forma la libre circulación del agua; y las ramas más finas estaban apiladas en diversos montones sobre la zona desbrozada». Los trabajos ocuparon una extensión de 250 metros a lo largo del río «alterando su morfología natural, eliminando los meandros y cortando la comunicación de las aguas del humedal con el cauce original, además de la tala de arbolado y desbroce de maleza en el corredor fluvial y su bosque de galería».
La Fiscalía de Vigo tendrá que decidir si transforma los indicios de delito aportados por el juzgado en acusación formal para enjuiciarlos.
El presidente de los comuneros: «Pedí los permisos, y lo tenía verbal para empezar a limpiar»
Luis Rodríguez, presidente de los comuneros de Cabral, consultado por La Voz, explica su versión de lo ocurrido: «Siempre dije que no tenía permiso por escrito para hacer lo que hice, siempre lo dije, pero es verdad que tenía permiso verbal para meterme y eliminar todas las firmas invasoras. Me dijeron: ‘‘Puedes ir haciendo esto, y esto, y esto, para eliminar toda la planta invasora''. Es verdad que como había muchos troncos podridos, nosotros metimos allí una pala. Y es verdad, efectivamente, que actuamos allí con una pala pequeña. Si eso es delito flagrante o no, pues mire, eso tendrá que decidirlo el juzgado o la Fiscalía, y haré frente a lo que resuelvan».
Para Rodríguez resulta de especial importancia que el río Lagares no nace en la zona de actuación que dio lugar al procedimiento judicial actual: «[El Lagares] nace tres kilómetros más arriba, no ahí. Hoy mismo [por ayer], pasee por esa zona y todo está regenerado. Yo creo que está de maravilla; por eso, creo que tendrían que obligarme, tendrían que obligarme a limpiar otra vez todo aquello para mejorarlo. El mal estado del río Lagares es consecuencia de que nadie lo limpia. Ni la Xunta ni Augas de Galicia, ¡nadie! Más arriba, mucho más arriba de esa zona, sí que está el río invadido por empresas, y eso nadie lo controla. Allí hay un montón de empresas que camparon a sus anchas. Insisto, tendrían que obligarme a limpiarlo porque creo que estará mucho mejor que tal y como está ahora».