Despedida una dependienta de Vigo por espantar a los clientes y llamar «muerta de hambre» a una compañera

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO

Sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
Sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Marcos Miguez

Exigía a otras compañeras que renunciasen a parte de la jornada reducida para el cuidado de niños porque ella necesitaba más esas horas, quería mudarse a una tienda de Príncipe y a una cliente la animó a comprar en una tienda de la competencia porque era más barata

24 sep 2025 . Actualizado a las 01:33 h.

La Justicia ha confirmado el despido procedente de una dependienta de una tienda de ropa deportiva del centro comercial Gran Vía de Vigo porque insultaba a las compañeras y las llamaba «muertas de hambre», golpeaba las taquillas de los vestuarios cuando se enfadaba y echaba pestes de la tienda en la que trabajaba, pues aspiraba a mudarse a la más céntrica de la calle Príncipe.

La empleada, con una antigüedad de casi 20 años y un sueldo anual de 21.000 euros, colmó la paciencia de Recursos Humanos cuando una clienta le preguntó si un legging transparentaba y la dependienta le contestó que no lo sabía porque el deporte le parecía una «mierda» y no entendía a la gente que lo hacía por gusto. En otras ocasiones, remitió a los clientes a una tienda de la competencia porque la cadena en la que trabajaba era muy cara. Estos comentarios y la mala actitud con sus compañeras, que la denunciaron, le costaron el despido disciplinario, que ha confirmado la sala de lo social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en una sentencia dictada del 12 de junio del 2025.

El Juzgado de lo Social número 1 de Vigo avaló el despido procedente. Lo mismo considera el TSXG: «La falta de respeto y consideración y las ofensas verbales que la actora dirige a sus compañeras, añadido el comportamiento violente antes referido, no encuentra ningún tipo de justificación, sin que hay existido ningún tipo de provocación hacia la trabajadora que pudiera atenuar su conducta. Y las ofensas de la demandante revisten especial gravedad, dado que revelan un propósito claramente ofensivo o de mal trato de palabra, debiendo la conducta de la trabajadora subsumirse dentro de la normativa». Por ello, los magistrados declaran procedente el despido. 

 Al parecer, todo el problema surgió en el 2022, cuando la empleada perdió el derecho a la reducción de jornada para atender a hijos menores de 12 años porque su hija llegó a la edad máxima. Propuso a otra compañera que renunciase a parte de su jornada para compartirla, a lo que la otra se negó, por lo que le llamó «muerta de hambre por trabajar». Luego, golpeó las taquillas con violencia, las insultó y les dijo que si no se iba de esa «mierda de tienda» a otra en la calle Príncipe «les haría la vida imposible». Las acusó de comerle la comida o quitarle el bote de la crema de las taquillas y se quejó de que alguien le había robado el uniforme, que resultó que había olvidado en su casa. A una dependienta, le lanzó un tenis del uniforme y la golpeó en la pierna. Además, tuvo otros incidentes porque unas compañeras habían conseguido adaptación de jornada. El mal ambiente generado despertó las alarmas de Recursos Humanos, que la despidieron en la primavera del 2024.