El centro tecnológico Aimen desarrolla a partir de residuos industriales un material alternativo que sirva para reducir el impacto de la construcción
27 sep 2025 . Actualizado a las 02:50 h.Para que Europa alcance su ambicioso objetivo de neutralidad climática, resultará crucial aminorar las emisiones del sector de la construcción y dotarlo de nuevas soluciones que den paso a ciudades sostenibles. El centro tecnológico Aimen, con sede en O Porriño, tiene mucho que aportar en esta ambiciosa estrategia. Un equipo de técnicos está desarrollando nuevos materiales alternativos al cemento a partir de residuos industriales y poniendo en marcha nuevas tecnologías de fabricación.
El equipo de construcción sostenible, en diferentes proyectos como Biogemse o Geos2 3D, ha ideado esos materiales que puedan sustituir al cemento, que es un importante generador de dióxido de carbono. Aplicando tecnologías de activación alcalina, aprovechan excedentes de la actividad manufacturera y lo convierten en un producto «con una reducción de hasta el 80 % de emisiones, pero con las mismas prestaciones mecánicas y químicas», asegura Lorena Freire, responsable de este grupo de trabajo.
Junto a los doctorandos y técnicos Miguel Otero y Marcos Fernández, están aprovechando las posibilidades que emanan de los residuos de la actividad de la construcción, de la cerámica, de la acería o de las cenizas de la biomasa. Empresas gallegas son las que están facilitando el suministro de esta materia prima que secan, pulverizan y seleccionan para obtener las partículas aptas. El resultado, explica Lorena Freire, es «un material ligante con características muy similares a las del cemento convencional o incluso con resistencias superiores, por ejemplo, a altas temperaturas, en escenarios de ataques químicos o en cuanto al aislamiento acústico».
Además, con el objetivo de cubrir todo el proceso en el desarrollo de fórmulas constructivas alternativas, el equipo de Aimen pone a prueba nuevas tecnologías como la impresión en 3D «que permiten un uso más eficiente de los materiales, mayor flexibilidad y geometrías más complejas», analizan. Esperan ahora la llegada de una impresora robotizada.
El centro porriñés ya ha conseguido escenarios reales sobre los que poner a prueba su tecnología. Por ejemplo, para la ciudad de Gothenburg, en Suecia, forjarán el techo de una marquesina con los materiales alternativos activados a partir de las escorias de biomasa. También en Madrid y en Galicia realizarán fachadas modulares para dos instalaciones que servirán como escenario para comprobar a eficiencia térmica, la resistencia al fuego y también la mejora de la calidad del aire.
Lorena Freire precisa que la propuesta que impulsa Aimen «no es generalista, sino elemento desarrollado para una aplicación concreta y de propiedades concretas». Añade que esta condición podría ayudarles a alcanzar una certificación de ámbito europeo.
Circular
El equipo técnico insiste, además, en su apuesta por la economía circular para ayudar al conjunto del sector de la construcción, y de paso al tejido empresarial del sur de Galicia, en la carrera por alcanzar los objetivos de descarbonización establecidos por la Unión Europea. Con su trabajo quieren ayudar a aminorar el impacto de la fabricación del cemento, «que genera 35 millones de toneladas de residuos anuales», advierten.