
El establecimiento situado en calle viguesa de Cánovas del Castillo se inauguró en 1879 y se mantuvo operativo hasta mediados de los sesenta
28 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Hotel Continental no solo fue un buen lugar de hospedaje, actuó durante varías décadas en Vigo como lugar de referencia para la sociedad local. En sus amplios y elegantes salones se realizaban todo tipo de encuentros y celebraciones, incluso, en su planta superior, nació en 1901 el que sería alcalde de la ciudad Tomás Pérez Lorente.
El establecimiento abrió sus puertas en 1879, impulsado por el empresario portugués José João de Souza y Roberto Busché, que vendió su parte a su socio en 1889. Aún existía entonces la batería de A Laxe, que estaba ubicada delante del establecimiento, y aún no se había concluido el relleno de la Alameda. El experto en arquitectura histórica viguesa Jaime Garrido decía que el edificio se atribuye a Jenaro de la Fuente Domínguez, aunque no se han localizado los planos de la edificación en el Archivo Municipal de Vigo. Añadía el arquitecto y estudioso, que fue el primero de los grandes suntuosos edificios pétreos «de bien labrada sillería que fueron conformando la nueva imagen» de Vigo.
El éxito del Continental fue inmediato ya que está considerado como el primer hotel moderno de toda Galicia. La infanta Isabel de Borbón, el infante portugués Augusto de Portugal, el ex presidente de la República de España, Emilio Castelar, el Premio Nobel de Literatura, José Echegaray o la mismísima Mata Hari se hospedaron en el hotel.

En junio de 1899, el empresario portugués adquirió un automóvil de motor para transportar clientes desde Valença. También era utilizado para llevar viajeros al Gran Hotel de Mondariz a precios que suponían un 25 % menos de lo que cobraban los vehículos con tracción animal.
Seis años más tarde fue adquirido el establecimiento por José Curbera Fernández, quien realizó numerosas mejoras en el edificio hasta poder albergar a doscientas personas. Pagó 60.000 pesetas. En esa época, el hotel disponía de garaje para vehículos a motor, ascensor, calefacción o un ómnibus de ocho asientos.
Pero sería en 1909 cuando el hotel adquiriría un enorme prestigio como restaurante. En esa época, el empresario de hostelería Julián Mogín compra el Continental y pone al frente de las cocinas a su hermano Francisco, con una gran experiencia en hoteles europeos. Coincide esta época con las primeras expediciones de turistas ingleses impulsadas por la Booth Line. Muchos de aquellos visitantes pasaron por las habitaciones del Continental. Entre esos turistas se encontraba el arzobispo de Westmister, Francis Bourne.
La Primera Guerra Mundial cortó aquel tráfico. Quizá por ello, Julián Mogín traspasó el establecimiento al empresario italiano Alberto Magnoni y Juan Marqués. Fueron ellos quienes recibieron a Muley Haffid, ex sultán de Marruecos, un excéntrico noble que vivía en un constante lujoso viaje.
Nuevos dueños
Un nuevo propietario llegó en 1924. Bernardo Gorrity se hizo con el Continental y con el otro gran hotel de la ciudad, el Moderno. Volvió a realizar mejoras en sus instalaciones. Estos dos últimos propietarios mantuvieron a Francisco Magín al frente del restaurante, hasta que Juan Marqués, ya entrada la década de los treinta, le sucediese.
El Hotel Continental siguió siendo hasta su cierre un lugar de referencia en la ciudad. Allí se realizaban los banquetes para amplios grupos, se realizaron las comidas de numerosas bodas, pasaron todos los equipos de fútbol que se enfrentaron al Celta y siguieron hospedándose celebridades, como Ernesto Lecuona, el músico que compuso Para Vigo me voy. Desde los años cuarenta, en su terraza se podía escuchar una orquesta.
Su demolición, en septiembre de 1967, supuso uno de los grandes atentados contra el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Su última propietaria fue Luisa Domínguez Fariña.