De meditar dejarlo a debutar en Europa

M. V. F. VIGO

VIGO

La redondelana Carme Castro ceebra un gol con su actual equipo, el Guardés.
La redondelana Carme Castro ceebra un gol con su actual equipo, el Guardés. SPORTCOECO

Carme Castro se ha reencontrado en el Guardés tras plantearse abandonar el balonmano; su familia y el apoyo psicológico fueron claves para continuar

07 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Carme Castro (Redondela, 2002) se prepara para debutar en Europa con el Guardés, que este fin de semana afronta en Bulgaria los dos partidos del primer cruce de la EHF European Cup ante el Byala. Esta oportunidad le llega a ella menos de dos años después de haberse planteado dejar el balonmano. Finalmente, optó por cambiar de aires, dejar un Porriño donde se formó y que se acababa de meter en competición continental por primera vez por un equipo de A Sangriña que no había firmado su mejor año, pero que se resarció la pasada campaña, ya con ella en sus filas, y que sigue en la misma línea.

Castro no titubea a la hora de revelar que no le faltó mucho para dejarlo. «Venía de no estar bien mentalmente de años atrás y aunque me costó coger confianza a mi llegada al Guardés, ahora estoy muy contenta y me siento como en casa», celebra. Su familia, añade, fue clave para que se diera una nueva oportunidad. «Si no lo dejé, fue, en una parte importante, por ellos, que siempre han estado ahí, animándome a que siguiera luchando. Son muy importantes para mí», enfatiza.

Se dio cuenta que necesitaba «un proyecto distinto», pero a la vez, que siguiera estando cerca de casa. «Galicia me tira mucho y tuve la oportunidad de vivir ese cambio de aires en A Guarda», celebra. Poclama que disfruta del balonmano «como hacía tiempo» y eso lo atribuye a su «trabajo psicológico» y al apoyo que ha recibido. «Se juntaron muchas cosas. Estaba en otra etapa de mi vida en que tenía que coordinar el deporte con mis estudios en Pontevedra. Invertía mucho tiempo en desplazamientos, en los estudios… Ahora es una etapa diferente», dice esta fisioterapeuta que trabaja en una clínica.

Castro ha aprendido a raíz de su propia experiencia que «cuando la cabeza no va, por muy bien que estés físicamente, las cosas no van hacia adelante», por lo que subraya que es una cuestión a la que es necesario prestar mucha atención. «Hay que tener en cuenta cómo tenemos que trabajar a nivel mental con las jugadoras, que no somos máquinas, sino personas, y la mente hay que trabajarla», afirma. En su caso, antes de recurrir a este apoyo, ya sabía de compañeras que lo hacían. «Era consciente de la importancia, pero no lo había vivido en mis carnes. Cuando decidí fichar en A Guarda, dije: ‘Tengo que tirar hacia adelante y sacarme esta mochila que llevo’. Ahí busqué ayuda y se lo recomiendo a cualquier jugador», agrega.

Ahora, la redondelana se prepara para un debut en Europa que le hace especial ilusión y con el que reconoce que fantaseaba desde hace mucho. «Era un objetivo que me marcaba, porque soy muy competitiva y siempre quiero llegar a lo más alto. Era uno de mis sueños y estoy feliz de poder cumplirlo», destaca. No obstante, no llegó a su actual club pensando en lo que podían conseguir. «Tanto el año pasado como este hubo muchas incorporaciones, nos costó entendernos entre nosotras y el juego, y no pensaba que íbamos a estar en lo más alto y, además, disfrutando del ambiente y buen rollo que tenemos, tanto con el cuerpo técnico como entre las jugadoras», algo que considera que les impulsa y que es una de las claves del éxito del equipo.

Sobre el papel, son claramente favoritas frente a un equipo búlgaro que jugará los dos partidos en casa y ante el que no dan nada por hecho. «Aunque se diga que va a ser fácil, no nos vamos a confiar en ningún momento. Vamos a otro país y puede pasar cualquier cosa», avisa al tiempo que sostiene que van allí a «darlo todo».

Un equipo que sabe de su potencial y aspira «a todo» esta temporada

Carme Castro detalla que de su análisis de las búlgaras, en el Guardés han concluido que «tienen una primera línea bastante fuerte, con jugadoras altas con buen lanzamiento exterior, mientras que la segunda línea corre rápido el contraataque». Ellas, por su parte, llegan en un gran momento, pero también acusando el «tute» de partidos. Vienen jugando miércoles y sábado y ahora les espera un doble duelo sábado-domingo.

«Está siendo un mes duro a nivel físico, y a eso se suma el viaje. Pero tenemos tiempo para descansar y creo que no nos va a afectar al rendimiento», plantea. En lo personal, admite que le está costando la acumulación de compromisos. «Trabajo de fisioterapeuta en A Guarda y es cansado, pero tanto en la clínica como en el club me dan muchas facilidades», agradece. Además, cuenta que «siempre hay esa garra de dar un poquito más y sacar energía de donde sea» y admite que también aprovecha los conocimientos que le da su formación para saber cuidarse mejor.

Castro no oculta que los nervios han aparecido en las horas previas a este debut, pero aclara que «son de esos buenos, que te activan para el partido y te ponen en tensión, nada exagerado». Explica que en el equipo tienen interiorizada la dinámica de ir mirando al partido más inmediato que tengan en el horizonte pero, a la vez, responde de forma afirmativa y taxativa a la pregunta de si este Guardés, como invitan a pensar sus números, aspira a todo. «Sin duda. Vamos ton todo. Si algo nos caracteriza, es que nunca nos rendimos. Los objetivos de este año son muy grandes y aspiramos a lo más alto».