Una autoridad en el patinaje mundial

Xosé Ramón Castro
X. R. CASTRO VIGO / LA VOZ

VIGO

Mario Calzas, ingeniero químico de profesional, combina su trabajo en Kauman con el patinaje artístico.
Mario Calzas, ingeniero químico de profesional, combina su trabajo en Kauman con el patinaje artístico. XOAN CARLOS GIL

Calzas alcanzó las más altas cotas como juez internacional y ya acumula tres mundiales y varios europeo

08 dic 2025 . Actualizado a las 17:46 h.

Mario Calzas Pérez (As Pontes, 1987) es una de las caras más internacionales del patinaje artístico gallego. En la actualidad, es uno de los tres jueces internacionales gallegos y uno de los 20 españoles que están ahora al máximo nivel. Afincado en Covelo, este ingeniero químico comparte su pasión con su trabajo de responsable de calidad en la empresa Kauman, en la que lleva once años. Invirtiendo sus vacaciones a lo largo de este tiempo para poder ejercer de juez por el mundo. Ya acumula tres mundiales, varios europeos y un montón de campeonatos de España. Además, es formador de jueces y miembro de los comités de artístico de las federaciones española y gallega.

Calzas comenzó muy temprano en el mundo del patinaje, con cuatro años y por una cuestión familiar. «Mis hermanos, que eran mayores, patinaban en As Pontes, mi madre me llevaba a recogerlos y eso despertó en mí la curiosidad por el deporte. En aquel entonces, había tres clubes en mi pueblo y todos tenían lista de espera, tuve que esperar unos meses para empezar y, desde entonces, estoy en este deporte. Practiqué otros, pero este era el que se me daba mejor», recuerda.

Como patinador, duró hasta los 16 y lo hizo con resultados importantes a nivel continental. «Gané varios campeonatos de España en la modalidad de libre, el Europeo en la categoría cadete masculina del 2001 y quedé tercero en cadete de primer año en el Europeo». El punto y final vino generado por una intervención en un pie. «Yo venía de ganar el campeonato de Europa y cuando volviese quería hacerlo en el rendimiento que estaba; ese año, yo no me notaba con la suficiente preparación para estar al nivel que se suponía que tenía que estar».

Pero el patinaje le tiraba mucho y buscó otras vías para seguir relacionado con el deporte de su vida. «Tenía inquietudes. Me gustaba mucho todo lo que tenía que ver con el deporte. Dejé de patinar y al poco tiempo se hizo un curso de Juez Autonómico. Mi entrenador también era juez, me animó a apuntarme al curso, lo superé y luego estuve combinando la labor de juez y en mi pueblo daba también patinaje como monitor». Enseguida tuvo claro que el papel de entrenador no era lo suyo y se volcó con la carrera de juez.

Su crecimiento fue meteórico. En el 2003, hizo el curso autonómico; en el 2007, se estrenó como juez nacional después del curso que se hizo en Barcelona: «Y ya juzgué mi primer campeonato de España en Vigo en la modalidad de show». En el 2013, la Federación Española le propuso para examinarse de juez internacional y ese año ya pudo juzgar un Europeo en Italia. En el 2017, llegó un cambio radical en el sistema de puntuación del patinaje artístico, pasando del White al Rollart, y Mario dio un paso más. «Participé en el primer seminario internacional del nuevo sistema y me examiné como especialista de la modalidad de libre, aprobando el curso».

En su análisis, no duda en ensalzar los beneficios del nuevo sistema para su deporte, pero también la dificultad añadida para los jueces: «En el sistema anterior no teníamos los requisitos formativos que necesitamos hoy en día. El cambio fue algo muy positivo para este deporte, pero requiere mucha más formación por parte de los jueces,ya que hoy en día estamos mucho más expuestos. Con cada actuación de los patinadores en el que sale explícito las valoraciones de cada juez le da a cada elemento, a cada componente artística, a todo».

Su hoja de servicios a nivel internacional no tiene parangón. «He puntuado varios europeos de varias modalidades y, hasta la fecha, tres mundiales: el primero, en el 2016, con el antiguo sistema, en Italia; en el 2019, el primer mundial con el sistema Rollart, que se celebró en Barcelona, en varias disciplinas, y el tercero, en el 2024, en Rímini (Italia)».

Pero la vinculación de Mario Calzas con el patinaje artístico no para aquí, también es formador y profesor de jueces, dirige el apartado de los juzgadores de la Federación Galega de Patinaxe y es miembro de los comités de la FPG y la española. «Hacemos cursos dirigidos a todos los estamentos, el sistema Rollart trajo como una redifinición de muchos elementos». Además, tienen que estar en reciclaje permanente atendiendo a todo los cambios que van surgiendo año a año. Participar en la elaboración de calendarios y preparar los cursos son otras de sus labores, además de proponer sugerencias.

Un montón de trabajo que le espera todos los días en su casa de Covelo cuando termina la jornada laboral en Ponteareas en la sede de Kauman, una empresa de bandas transportadoras de la que es responsable de calidad y en la que está muy a gusto desde hace once años. «Es importante que el trabajo de jueces esté remunerado, pero esa remuneración necesita ser complementada con otro trabajo y esto hacerlo más como una pasión». Tanta, que reserva gran parte de sus vacaciones para poder acudir a los eventos deportivos que tiene que juzgar.

Un ímprobo esfuerzo que tiene recompensa. El nivel del patinaje artístico en Galicia crece año a año y alcanza cotas internacionales, en la comunidad cada vez se hacen más cursos, hay más gente interesada por ser jueces y, a nivel internacional, Mario mantiene la esperanza de que su deporte alcance el estatus olímpico. Sería la guinda a una gran y polifacética trayectoria.