Baiona luchará por hacerse con la batería de Cabo Silleiro, «pero no por compra sino por cesión»

BAIONA

M.MORALEJO

El alcalde, Jesús Vázquez Almuiña confía en poder recuperar para el municipio el recinto fortificado pero sin pagar como había acordado el anterior equipo de gobierno

17 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Baiona intentará hacerse con la batería costera de Cabo Silleiro, pero no a cualquier precio. Ni siquiera por los 370.000 euros con los que el anterior gobierno y el Ministerio de Defensa cerraron un acuerdo de cesión en marzo del 2021 que. Según anunció en mayo de ese año el entonces delegado del Gobierno, José Miñones, durante su visita al recinto, los trámites estaban «próximos a su finalización», pero nunca llegó a concretarse públicamente la operación aunque también fuentes de Defensa confirmaron a La Voz que estaba prevista la enajenación de la propiedad al Concello el año pasado. También se llevó a pleno ese año una reserva de crédito para abonar a Defensa un 5 % del total como aval.

El alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña, indicó ayer que el gobierno local «luchará por la cesión y no por la compra» de este privilegiado espacio sobre el mar de 98.000 metros cuadrados. Hace exactamente diez años que el ministerio puso a la venta los terrenos de esta batería utilizada entre los años 1940 y 1969, que cuenta con varios edificios, cañones y túneles que hoy se encuentran en estado ruinoso. En el antiguo complejo militar también se encuentra un búnker. Las negociaciones con Madrid son incluso anteriores. En su anterior etapa al frente de la alcaldía, Vázquez Almuiña ya defendió el interés del Concello por este espacio. Las negociaciones las abrió en el 2008 con Defensa, anterior titular de los terrenos y Medio Ambiente, que los pretendía para crear un parque temático pero la operación se frustró con la crisis que dejó sin fondos el capítulo para este tipo de transacciones entre ministerios. En el 2013, cuando se anunció su venta, también confirmó que se pujaría en la subasta que entonces se convocó.

Este complejo militar en desuso, con ochenta años a sus espaldas, es un espacio de gran potencial turístico por estar en un enclave privilegiado frente al mar y el Camino de Santiago, siendo además terrenos protegidos que restan interés al desarrollo de proyectos particulares.