Inédito en los cuartos y en la semifinal, el portero cangués fue clave para el bronce de los Hispanos
01 ene 2023 . Actualizado a las 08:12 h.Rodrigo Corrales Rodal (Cangas, 1991) sumó su quinta medalla en grandes torneos internacionales con la selección española de balonmano. En esta ocasión, fue el bronce del Mundial de Suecia y Polonia, y lo hizo siendo actor fundamental en el partido por el tercer puesto ante los suecos. Rodrigo, que no había tenido minutos ni en cuartos ni en semifinales, salió tras el descanso y, ante 22.000 suecos y con sus paradas, los Hispanos pasaron de perder por cuatro a ganar el partido y a subirse al podio mundial una vez más.
—A este paso, no le va a llegar una vitrina para colocar todas las medallas.
—Ojalá sea así y tenga que ampliar. Son cosas que ni te imaginas de pequeño y ahora lo estás viviendo, por eso disfruto mucho de los momentos, aunque tenga más o menos protagonismo a nivel individual.
—¿Cómo se siente siendo pieza clave en el partido definitivo?
—Muy contento por finalizar el campeonato logrando una medalla más. Fue un torneo largo y duro, pero una vez, más el equipo fue muy regular y fiable durante los nueve partidos. A nivel personal, acabar jugando y teniendo una actuación destacada en un partido así siempre es algo que te llena de orgullo.
—¿Intuía que podía llegar su momento en el partido por el tercer puesto tal y como iba?
—Cuando hay un partido, yo siempre estoy preparado para salir en cualquier momento; después, no es decisión mía. Yo me dediqué a concentrarme y a analizar lo que estaban haciendo y por dónde estaban tirando los suecos por si me tocaba salir. Cuando las competiciones son tan cortas y el premio, tan grande, siempre debes preparar las cosas, tanto física como mental, hacer vídeo y estar tranquilo. Debes preparar todo igual como si fueras a jugar, porque si llega el momento, tienes que estar preparado.
—¿Era clave, sobre todo, parar las contras a Suecia?
—Al principio de la segunda mitad nos hicieron algunos tiros de seis metros. Ellos siguieron corriendo y tirando. Creo que controlamos bien el ritmo desde el momento que nos pusimos uno arriba. Les paramos un poco más el contragol y eso nos ayudó. En los últimos minutos, supimos aguantar las ventajas y jugamos más cómodos nosotros que ellos.
—No jugó ni en cuartos ni en semis, ¿necesita un refrendo?
—Este es un deporte colectivo. El objetivo es ganar la medalla y cuando lo hacemos, lo hacemos todos. Dentro de eso, desde luego que a uno le gusta en el momento que le toque salir demostrar que está preparado, hacerlo bien y ayudar a tu equipo. Eso te hace sentir bien, pero siempre digo que lo importante para ganar las medallas es estar, y estar en una selección campeona a veces tiene esto, que tienes a un compañero que juega más que tú y justo en la portería no podemos jugar los dos al mismo tiempo.
—Pero hay que ser fuerte mentalmente para estar preparado.
—Estábamos cuatro abajo y lo único que quería era ayudar para ganar, no me dio tiempo a pensar en otra cosa. Es evidente que si juegas mal igual te pueden decir que por eso no jugaste antes, pero a mí lo único que se me pasó por la cabeza fue la remontada.
—Después del partido comentó que ya no le podía pedir nada más a la vida.
—Porque estoy en los sitios que quiero estar y tengo los privilegios de estar en una selección que es un grupo extraordinario, un grupo de amigos que siempre compite y gana muchas cosas. Cuando ocurre todo, eso es algo increíble, por eso digo que poco más se le puede pedir a la vida a nivel deportivo.
«Puede haber cambios, pero ser una selección competitiva es el primer paso para poder ganar»
Competir en todos los frentes. Esa es la fórmula mágica de los Hispanos, según Rodrigo Corrales, para llevar cinco semifinales consecutivas en los tres principales campeonatos de selecciones.
—¿Cómo se explica que pasen los años y no bajen del podio en las grandes competiciones?
—Es una recompensa al trabajo bien hecho. Se puede hablar de regularidad, de compromiso, de carácter. Hay muchos adjetivos para definir este éxito, porque aquí puede haber cambio de jugadores, u otras cosas, pero siempre sale una selección competitiva y ese es el primer paso para poder ganar. Nosotros siempre pensamos que le podemos ganar a cualquiera y cualquier partido del campeonato. En el Mundial terminamos todos los partidos con esa sensación y la verdad es que nos vamos muy satisfechos. Creo que llevamos cinco semifinales seguidas, algo que no es nada fácil, pero que nos llena de orgullo.
—¿Fue uno de los campeonatos más disputados de todos?
—Sí, pero no solo para nosotros, sino para todos. El balonmano está creciendo mucho y había muchos candidatos a quedar entre los ocho primeros. Incluso había equipos como Islandia o Serbia que prometían mucho y se quedaron fuera. Había mucho nivel y creo que estuvo muy igualado con resultados ajustadísimos en muchos partidos.
—Tuvieron a tiro de un siete metros al ogro danés, a la postre tricampeón mundial.
—El día de Noruega, de alguna manera, nosotros solventamos la situación cuando a ellos les pitan pasivo y Dani marca cuando lo teníamos todo perdido, pero el día de Dinamarca no se dio. Cuando juegas contra los mejores, se trata de competir y tener la sensación de que pudiste hacerlo hasta el final.
—Sus remontadas hablan mucho de su carácter.
—El carácter nos lleva a mantener el ritmo y el nivel durante los 60 minutos, nunca perdemos la concentración, no somos un equipo que le ofrezca a los rivales grandes parciales..
—¿Qué le espera ahora tanto en el club como en la selección?
—Vuelve la competición internacional de clubes, y el primer objetivo es ganar lo máximo con el Veszprém. Con la selección se presenta un 2024 apasionante.