
La antigua fábrica de Eiroa y Arbones, en Rodeira, inició su actividad en 1915. Está en el mercado por 780.000 euros
04 mar 2025 . Actualizado a las 19:14 h.La lista de conserveras que quedaron abandonadas en plena costa tras el desplazamiento de la actividad industrial al interior de Galicia es extensa. La comarca de O Morrazo es todo un ejemplo, al atesorar un importante patrimonio que va más allá de la histórica Massó. En el territorio llegaron a funcionar una treintena de empresas enlatadoras, de carácter familiar y producción artesanal. Es el caso de la que se conoce como fábrica de Arbones, asentada sobre una parcela privilegiada en la playa de Rodeira y para la que buscan una nueva vida en el mercado inmobiliario.
El proyecto conservero y de salazón que perteneció en el siglo XX al empresario Daniel Eiroa Novoa está en venta por 780.000 euros. Solo su chimenea se encuentra aún en buen estado. Las instalaciones ocupan un terreno de 1.534 metros cuadrados en el entorno de A Garita. Se trata de «un edificio del 1915, actualmente en ruinas, que se dedicaba a la salazón y conserva de pescado», señala la inmobiliaria Lares.

Otros documentos elaborados por técnicos del Concello de Cangas retroceden hasta 1889 para señalar las primeras apariciones de la que se conoce como fábrica de Arbones en matrículas industriales. El historiador Bravo Cores identificó en la factoría en venta sobre la playa de Rodeira «la tipología de las fábricas que los catalanes introducen a partir del 1750 en Galicia en cuanto a sus dimensiones y sistemas constructivos», como se recoge en el trabajo Fábricas de salazón. Patrimonio preindustrial en Cangas. Según el mismo análisis, la conservera fue construida «con muros de sillares y mampostería de piedra extraída de su propio lugar de emplazamiento».
La inmobiliaria Lares es consciente de que el valor de la propiedad en venta reside en la «privilegiada zona» en que se encuentra, «orientada hacia la puesta de sol y las islas Cíes», ponen en valor los agentes. Apenas la separan varios metros de la arena de Rodeira y, de hecho, se encuentra muy próxima a una de las villas más lujosas de alquiler vacacional de toda la ría de Vigo, el Cangas Village. La edificación de la extinta conservera está bajo la protección de Costas, pero no así de la de Patrimonio, dos condiciones a tener en cuenta a la hora de diseñar un futuro proyecto para la centenaria salazón.
El empresario Daniel Eiroa Novoa llegó a gestionar tres empresas dedicadas a la conserva en su Cangas natal. Junto a estas instalaciones en la esquina de Rodeira, regentaba otra fábrica frente a la localización actual de la lonja de San Xosé y otra en la calle Fomento. A su muerte en el 1939, el terreno en A Garita pasó a manos de Ramón Arbones, que lo explotó hasta la década de los setenta comercializando productos bajo la denominación Rodeira Limitada Vigo.
La asociación cultural A Cepa, en un libro editado en el año 2009, recogió testimonios de mujeres que trabajaban en el sector conservero descargando pescado en el principal arenal cangués para enlatarlo en las instalaciones de Eiroa y en muchas otras de la villa. Su legado refleja la influencia de la industria en el municipio y en toda la comarca, donde desembarcaron empresarios italianos, catalanes o alicantinos para hacer fortuna junto a los locales.