Busca a la dueña de un diario que apareció en una obra de Gondomar

Pedro Rodríguez Villar
pedro rodríguez NIGRÁN / LA VOZ

GONDOMAR

M.MORALEJO

Lola, una vecina de Panxón (Nigrán), se ha propuesto encontrar a la niña que lo empezó en 1997

11 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Lola no se atreve a leer el diario que tiene en la mesa. Es una libreta pequeña con un saxofonista en la portada. «No quiero invadir su intimidad», insiste. En esas páginas se esconden ocho años de la vida de Rebeca, la niña que comenzó a escribir en esas páginas el 18 de agosto de 1997 en Vigo. «Ayer vinimos de la aldea. Hoy lunes me quedé con mi hermana Eva por la mañana», son las primeras frases del diario. Lola no ha querido leer más. «Solo vi esto porque quería tener algún dato para encontrar a su dueña», indica la vecina de Panxón que se ha propuesto encontrar a Rebeca y devolverle sus textos de la juventud.

El diario lo encontraron su marido y su hijo cuando trabajaban en una obra en Gondomar. «Estaba encima de un mueble viejo», explica Lola. Al principio, la metieron dentro de un cajón, pero, después, su hijo lo vio y se lo contó a Lola. «Le dije que lo trajera y así lo podíamos cotillear», cuenta entre risas. Nunca lo hizo. Cuando lo tuvo en sus manos no se atrevió. «No quería robar su intimidad», cuenta. Se vio reflejada en ella. «Yo también tenía un diario que escondía aquí», muestra un taburete rosa que la acompaña desde su infancia. «Por desgracia, perdí esa libreta, que era muy parecida a esta», lamenta Lola.

«Mi marido es albañil y en una obra en Gondomar se ha encontrado este diario. Sole miré la primera página para ver si me daba información de la persona. Dice que viene de la aldea y menciona una hermana que se llama Eva. Me gustaría devolvérselo», escribe Lola en sus redes sociales. Al poco, la foto del diario comienza a circular de pantalla en pantalla. «No me esperaba para nada esta repercusión», cuenta. Hay muchos que le agradecían su gesto. «No lo entiendo. Yo creo no es nada especial. Cualquiera lo hubiera hecho», continúa. Pese a la repercusión, su dueña todavía no ha aparecido.

Tras esa publicación, Lola solo ha vuelto a revisar la última página para ver si encontraba algún dato más. El relato salta al 11 de agosto de 2005. Rebeca cuenta que «solo faltan 20 días para que sea mayor de edad», lo que indica que comenzó ese diario con solo nueve años. «Me encantaría poder devolvérselo. Sería un subidón», insiste Lola, que recuerda como ella usaba el diario como un lugar para desahogarse. «A mí me hace ilusión encontrarme con textos que escribí hace muchos años», cuenta.

El diario no es la única reliquia que su marido se ha encontrado durante alguna obra. «Un día», recuerda, «tenía que cambiar el marco de una puerta de un restaurante chino. Cuando lo levanté empezaron a caer un montón de pesetas de allí», explica con una sonrisa. Nunca supo quién era su dueño y cómo habían llegado hasta allí.